Fueron 1.776 las colmenas afectadas entre el 23 y el 30 de agosto en la franja del litoral del país que va desde Parada Daymán, al norte de Paysandú, hasta la Colonia Itapebí, en el departamento de Salto. Pertenecían a 16 apicultores (15 de Salto y uno de Paysandú) que hicieron la denuncia ante el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP); la producción estimada de las colmenas perdidas es de 50.000 kilos de miel. El MGAP dio ayer una conferencia de prensa en la que informó los resultados de los análisis que hizo para identificar la causa de muerte de las abejas y anunció la ayuda que se les dará a los apicultores afectados.

Federico Montes, responsable de la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA), detalló que comenzaron buscando la presencia de clorpirifos, insecticida del que sospechaban los apicultores y que una empresa citrícola de la zona había declarado haber empleado en montes de mandarinas para el control de trips (insectos). Los resultados descartaron ese producto, por eso buscaron identificar si se había usado dimetoato y diazinon, otros dos insecticidas para trips, y luego terminaron sumando el fipronil.

El fipronil es un insecticida que causó una gran mortandad de abejas en 2009, cuando fue usado en praderas en Flores; desde entonces, recordó ayer Montes, se prohibió el uso y la comercialización de la formulación líquida y en polvo de fipronil y se lo dejó únicamente como hormiguicida en una presentación granulada, y como curasemilla del arroz (este último uso se prohibió en 2014).

Lo cierto es que sólo en una de las 15 muestras de abejas afectadas encontraron clorpirifos y en una concentración baja, dijo Montes. En las 14 muestras restantes hallaron fipronil, en concentraciones lo suficientemente elevadas para causar la muerte de las casi 1.800 colmenas, señaló. De los análisis de las nueve muestras de brotes de mandarinos, sólo en una detectaron clorpirifos, en otra hallaron dimetoato y en ninguna identificaron fipronil ni el metabolito de su degradación. Montes comentó que la formulación granulada de fipronil es muy baja y que no pudo haber sido la causante de la mortandad, por lo que todo indica una situación completamente ilegal. Ahora el MGAP tomará muestras de los suelos y de restos vegetales, para detectar en qué cultivos fue usado el fipronil. ¿De dónde salió? Las autoridades parecen manejar la posibilidad de que haya sido importado, ilegalmente, desde Argentina. Intentarán responder la pregunta.

“Hay efecto de envenenamiento por un producto que está prohibido en Uruguay desde 2009, hay un ingreso ilegal y un crimen consciente de alguien que envenenó abejas”, afirmó Julio Pintos, presidente de la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola. “Si hay alguien o algunas mentes que están pensando en traer este tipo de productos para causar muerte de colmenas, es algo que tenemos que tratar”, afirmó Montes en rueda de prensa.

Zulma Gabard, directora general de la Granja, anunció las ayudas para los apicultores, que saldrán del Fondo de Fomento de la Granja. La ayuda se destinará a recomponer la unidad productiva (no por lucro cesante); se definió que cada colmena tiene un costo de 750 pesos. Los productores familiares con hasta 500 colmenas recibirán 80% de la reparación como fondo no retornable y 20% como crédito de República Microfinanzas en condiciones especiales (los intereses del primer año los cubre el Fondo de la Granja). Para los productores familiares que tengan entre 501 y 1.000 colmenas la proporción del fondo no retornable será de 60%, y el 40% restante irá como crédito. Los productores no familiares recibirán 100% de crédito en las mismas condiciones que los familiares. La ayuda va dirigida a los 16 que hicieron la denuncia ante la DGSA.