Tal como preveían las encuestas, la canciller de Alemania, Angela Merkel, fue reelecta en las elecciones celebradas ayer. Pero el hecho más destacado y también el que generó más preocupación fue la alta votación de Alternativa por Alemania, un partido de extrema derecha, islamófobo y revisionista, que obtuvo 12,9% de los votos y se colocó en tercer lugar. “Esperemos que Alexander Gauland [el líder del partido] sea buen pintor. Si no, el mundo está en peligro”, aseguró un analista político en una cobertura televisiva de las elecciones.

Otro participante del programa opinó que el gobierno debería “garantizar que Gauland pueda prosperar en cualquier tipo de actividad que le dé placer, ya sea en el mundo de las artes, los hobbies, los deportes, o lo que sea. Lo último que necesitamos es un líder derechista frustrado. Las vidas de millones de musulmanes dependen de ello”.

Si bien sobre el cierre de esta edición no se conocían las reacciones de los mercados, donde sí se notó una serie importante de movimientos fue en el ambiente de los rematadores. Una publicación online especializada en el tema daba ayer como “casi un hecho” la organización de la subasta de los restos de la izquierda europea. La idea de deshacerse definitivamente de lo que queda de los partidos de izquierda del viejo continente surgió luego de la victoria del brexit en Reino Unido, y fue tomando fuerza gracias al ascenso de la derecha en otros países europeos, como Francia y España. Los expertos consideran que con la baja votación de la socialdemocracia alemana en las elecciones de ayer, la peor desde 1949, llegó la hora de “llevar a remate todos esos trastos inútiles que ya no sirven ni siquiera para contener el avance de la ultraderecha”. Varios museos y coleccionistas privados de todo el mundo están interesados en obtener estos restos fósiles, porque se considera que pasarán varias décadas antes de que la izquierda europea desarrolle nuevas estructuras partidarias.