El refugiado de Guantánamo Jihad Diyab no es el único ciudadano que tiene problemillas para abandonar esta hermosa tierra habitada por tres millones de directores técnicos, tres millones de economistas y tres millones de genetistas. Existe otra persona que acumula dificultades en cada ocasión en que se acerca a un aeropuerto.

Héctor Amodio Pérez (si es que ese es su nombre real) volvió a Uruguay para presentar sus memorias y desde que puso un pie en el territorio comenzaron a pasarle factura algunos fantasmas del pasado. El último inconveniente ocurrió el fin de semana, cuando, luego de ser absuelto por la justicia, “Héctor” intentó volar a España. El levantamiento de fronteras no se concretó, por lo que debió posponer el vuelo y pagar una multa a la aerolínea.

“Esto es inaudito”, dijo un furibundo “Amodio Pérez” a la prensa que se encontraba esperando a alguna celebridad argentina. “No entiendo qué pude haber hecho para sufrir una traición así”.