“En los últimos tiempos he escuchado que nuestro gobierno no tiene agenda y quiero plantear mis diferencias: no comparto la afirmación en absoluto”, sostuvo ayer el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, al comienzo de su exposición convocada por la revista Somos Uruguay. “Tener agenda no sólo significa sumar temas nuevos, sino asegurar la continuidad”, agregó.

Inclusión, diferenciación y calidad son los tres aspectos claves de la “agenda” que repasó ayer el ministro, dando cuenta de “la importancia del rumbo y el camino, los lineamientos que marcan una visión estructural de larga duración”. “La construcción de la igualdad comienza en el mundo del trabajo”, dijo Astori mientras mostraba la evolución positiva de las pasividades y salarios en la última década, y como “síntesis fundamental” de los planes del gobierno. “Mientras Uruguay ha tenido el crecimiento más grande de su historia desde 2003 al día de hoy, también ha tenido la caída más importante de la desigualdad”, agregó.

Por otro lado, dijo no compartir “el concepto de despilfarro” con que se asocia al gasto público, “ni por el contenido, ni por el volumen, ni por el destino que han tenido esos dineros”; al contrario, considera que más bien se trató de “un enorme esfuerzo” para el país. “No estoy negando que tenemos un problema fiscal, pero de ahí a hablar de despilfarro hay una distancia muy grande”, afirmó.

La apertura al mundo se compone, para el gobierno, de tres bases: la diversificación, la diferenciación y la integralidad. Astori descartó que haya un atraso cambiario en el país, ya que es un fenómeno que sucede bajo regímenes de tipo de cambio fijo, “cuando deliberadamente se apela a fundamentos, no cuando acompañamos flexiblemente las tendencias mundiales”, explicó. Sobre la apertura dijo también que “tiene que ser política”: “No injerir en lo que pasa en otros países, defender la paz e ir contra el armamentismo”.

Astori presentó a Chile como ejemplo en materia de consolidación comercial, en el sentido de que 96% de sus exportaciones se realizan al amparo de alguna política comercial con preferencias arancelarias, mientras que en Uruguay sólo 31% de las ventas externas se hacen en esas condiciones. “En esto estamos muy atrasados”, opinó, dando cuenta de que “nuestros competidores –Nueva Zelanda y Australia– entran con tasas preferenciales incomparables en nuestros principales mercados, como China”. Sugirió que el camino “es por ahí”.

Por último, hizo referencia a la apuesta a la excelencia, pieza “fundamental” para “un país que no podrá producir su futuro en términos cuantitativos, sino cualitativos”. A pesar de que resaltó el aumento en 73% de la inversión de instituciones públicas en ciencia y tecnología en la última década, consideró que “para un país como Uruguay” se trata de un porcentaje “insuficiente”.