A pesar de ser un país pequeño en superficie y población, la desigualdad entre la capital y la zona del norte del territorio nacional es profunda. Partiendo del origen de esta brecha y buscando acortarla, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) se propuso, en un ejercicio de prospección en seis áreas claves de cara a 2050, abordar el caso de Tacuarembó –uno de los más departamentos atrasados en su desarrollo si se lo compara con Montevideo– y postularlo como eje del desarrollo regional norte.
Un trabajo del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Udelar) acerca de las especializaciones productivas en el país, que fue presentado el jueves en el Centro Universitario de Tacuarembó por el investigador Adrián Rodríguez, da cuenta de la desigualdad territorial. Una serie de indicadores construidos y calculados para todos los departamentos del país muestra que Tacuarembó, Salto, Rivera, Artigas y Cerro Largo son los cinco departamentos con menores niveles de desarrollo empresarial, condiciones de entorno, capacidad, diversificación y especialización productiva.
Se concluye que las zonas centro y noreste del país están especializadas en la producción primaria y que tienen menor desarrollo de los sectores industriales y de servicios –más allá de algunas agroindustrias importantes–, aunque Cerro Largo y Artigas cuentan con mayor diversificación que el resto. En particular, se destacan en Cerro Largo la molinería de arroz, los servicios al agro y la industria frigorífica; en Artigas, la molinería, la producción de hortalizas, de azúcar y etanol; en Tacuarembó, la generación de energía (biomasa), la industria frigorífica y la de madera aserrada; y en Rivera, la industria de madera aserrada y la tabacalera.
El proyecto, presentado ayer en el marco del Día del Futuro, se llama “Visión 2050: Tacuarembó en la región norte” y prioriza algunos de los temas más importantes para la región, así como desafíos y escenarios de futuro posibles. El proceso, que comenzó en agosto del año pasado, es coordinado por un comité de gobernanza integrado por la OPP, la Intendencia de Tacuarembó, la sede Tacuarembó de la Udelar, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y la Mesa de Desarrollo Local del departamento.
“No es la primera vez que el país se proyecta a largo plazo, pero siempre que lo hizo se trató de ejercicios puntuales, y esta vez la propuesta es diferente”, sostuvo ayer el director de Planificación de la OPP, Fernando Isabella, en referencia a esta nueva herramienta prospectiva, que busca “organizar la información existente sobre el futuro y pensar a dónde vamos en función de eso”. El economista explicó que se eligió Tacuarembó por sus capacidades locales, historia e identidad cultural, y aclaró que “no es que la OPP va a pensar el desarrollo del departamento, sino que invita a Tacuarembó a pensar su propio desarrollo”.
Desde el gobierno departamental, el director general de Programas de Desarrollo y Medio Ambiente, Julio Cardozo, recordó que Tacuarembó ha sido pionero y referente en inversiones más recientes, como la que podría concretarse con la nueva planta de UPM, pero también en el pasado, con los primeros cultivos de oleaginosas, con el Frigorífico Tacuarembó y con las primeras industrias tabacaleras. También consideró que “para nosotros es importante pensar en un desarrollo regional y no sólo de Tacuarembó, y por eso en nuestros planes estamos trabajando muy de cerca con el gobierno de Rivera”.
Por su parte, Tomás Parodi, técnico de la OPP, sostuvo que “no se trata de hacer ciencia ficción, sino todo lo contrario: nos proponemos anticiparnos a los desafíos y ver cómo aprovechar las oportunidades que puedan surgir”. “No es sólo un futuro, sino varios futuros posibles, bajo el enfoque del paradigma de desarrollo sostenible que integran las áreas social, económica y ambiental”, agregó.
Actualmente el proyecto está en la penúltima fase, que consiste en la elaboración de un mapa estratégico. La semana próxima comenzará la última: un análisis de los actores involucrados, en el que cada una de las direcciones de la Intendencia de Tacuarembó definirá de qué tareas puede hacerse cargo para avanzar en el proyecto.