El proyecto de ley del Poder Ejecutivo que busca combatir el consumo abusivo de alcohol no agrega nuevos impuestos a la comercialización, no prohíbe los happy hours ni amplía el horario de restricción de la venta; continuará vigente el horario de prohibición de expendio entre las 0.00 y las 6.00 en locales que no sean bares ni restaurantes.

El texto, presentado ayer por el presidente Tabaré Vázquez, sí incluye la creación de un registro de vendedores y actividades conexas, bajo la órbita del Ministerio de Salud Pública. Este registro es obligatorio y abarca a toda persona física o jurídica que distribuya, comercialice, venda, ofrezca o suministre bebidas alcohólicas. Además, se creará una “mesa coordinadora” de nivel interministerial para el análisis y la fiscalización de la norma, que prevé multas que van desde observaciones hasta sanciones pecuniarias y las clausuras de locales comerciales. El dinero que se recaude por las fiscalizaciones se destinará a campañas de prevención. Se prohíbe también la promoción de este tipo de bebidas en espectáculos públicos y deportivos, a excepción de las actividades específicas de degustación y cata. Los empaques deberán tener una advertencia sobre los perjuicios del alcohol.

El texto resultó ser mucho menos restrictivo que las propuestas que se habían planteado en la comisión que participó en la elaboración. El diputado del Frente Amplio Luis Gallo dijo que volverá a proponer la prohibición de los happy hours en la discusión parlamentaria porque “no fomentan el consumo responsable”. Por su parte, el senador nacionalista Álvaro Delgado dijo a Teledoce que “el proyecto de ley fue menos restrictivo y represivo de lo originalmente planteado” y que “hay temas con los que no se puede no coincidir”.

Uno de los argumentos esgrimidos ayer por Vázquez en la presentación del proyecto fue la edad de inicio del consumo. Mientras que en la población de entre 50 y 65 años los varones comenzaban a tomar a los 17 años y las mujeres a los 21, en la actualidad los jóvenes de ambos sexos empiezan a tomar a los 14 años. “La tendencia es que empiecen a consumir a edades más tempranas”, agregó. Según datos relevados por la sexta Encuesta Nacional de Hogares sobre consumo de drogas, en Uruguay hay 260.000 personas con dependencia y uso problemático de bebidas alcohólicas. Siete de cada diez adolescentes que consumieron alcohol tuvieron, al menos, un episodio de intoxicación en los últimos 15 días. “No es frecuente pero se ven niños y niñas de 11, 12 o 13 años llegando a los servicios de urgencias en coma alcohólico. Es dramático”, afirmó Vázquez.

El mandatario aseguró que se trata de una ley que “adopta el paradigma de regulación en contraposición al paradigma de prohibición”. “El abordaje está basado en prevención, educación, información, con el fin de gestionar los riesgos y prevenir los daños asociados al consumo problemático”, afirmó.

A estudiar

El diputado de Unidad Popular, Eduardo Rubio, dijo a la diaria que su partido va a estudiar en profundidad el texto, pero en principio comparte la idea de combatir el alcoholismo y “los vicios” de la sociedad. En tanto, el diputado del Partido Independiente Iván Posada sostuvo que el consumo excesivo “genera preocupación”, sobre todo el que empieza antes de los 15 años, un dato que “evidencia un síntoma de la sociedad”. El independiente comparte la intención de tratar de generar una legislación al respecto, pero también agregó que hay que estudiar el proyecto.

En tanto, el diputado del Partido Nacional Gustavo Penadés dijo a la diaria que es un buen inicio para poner el tema sobre la mesa. Pero “quien piense que con una ley se va a arreglar se está equivocando”. Consultado sobre cuál es la solución del problema, dijo: “Parafraseando a [José] Mujica: educación, educación, educación, más en la casa que en los institutos. Vivimos en una cultura del exceso en todo”. Penadés afirmó que el problema es mucho más grande que el alcoholismo: “Se trata del consumo en general, y esto no se arregla con una ley. Se está instalando un nuevo paradigma en los jóvenes de que hay que mamarse para divertirse”, advirtió. El nacionalista mencionó que en este tipo de legislación también se debe tener en cuenta la libertad y el libre albedrío de las personas que toman con responsabilidad. Además, sostuvo que le parece un exceso la fiscalización propuesta por el gobierno, y señaló que “nadie se anima a plantear la prohibición del consumo en la vía pública, porque, ¿quién va a asumir los costos de, por ejemplo, una Justicia más expeditiva, que aplique condenas de trabajos comunitarios?”. No obstante, Penadés admitió que la tolerancia cero para conductores fue una buena medida para reducir los accidentes de tránsito.