La ratificación de la condena al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no pasó inadvertida en Uruguay: mientras que en el oficialismo primó la visión de que se busca detener un nuevo ascenso del ex presidente al poder, la oposición aprovechó la oportunidad para tildar al ex mandatario brasileño de corrupto y cuestionar su cercanía con el Frente Amplio.

El ex presidente José Mujica dijo en declaraciones a la agencia de noticias Sputnik News que, “en el fondo de la cuestión, más allá de lo jurídico, lo que está en juego es detener el proyecto que trata de mitigar las distancias que existen en las desigualdades sociales de ese país continental que es Brasil, uno de los más injustos de la Tierra”. Mujica consideró que esta situación “no es un problema contra Lula, sino contra lo que representa y lo que puede intentar reproducir en una función de gobierno. Porque no podemos separar esto de lo que ha pasado en Brasil con un golpe de Estado de carácter parlamentario, con un Congreso cuestionado”, añadió. Según el ex mandatario, “cada día que pasa, Lula se afirma más en el consenso de mucha gente. Y no creo que sea tanto por la innegable simpatía que se le tiene, que es muy fuerte, sino que, de rebote, las consecuencias de las reformas reaccionarias que están haciendo políticamente recaen como un recuerdo a favor de Lula”.

En la misma línea, la senadora frenteamplista Constanza Moreira escribió en Twitter: “El mismo Poder Judicial que fue cómplice del golpe en Brasil hoy condena a Lula. Un mismo proceso, los mismos actores, los mismos intereses. Brasil sigue cuesta abajo en su rodada”. También opinó en ese sentido el diputado socialista Roberto Chiazzaro: “La farsa judicial llevada a cabo en Porto Alegre condenando a Lula es otra violación a la Democracia que ha llevado a cabo el gobierno de facto de [Michel] Temer. Quienes defendemos la democracia apoyamos al Partido de los Trabajadores en su postura de que no hay Plan B y que Lula será su candidato presidencial”.

Diferente fue la reacción de la oposición. El secretario general del Partido Colorado, Adrián Peña, escribió en Twitter: “¡Sin sorpresas! ¡Justicia ratifica que Lula es pieza clave en esquema de corrupción! La corrupción es el principal enemigo de la Democracia. Hay que avanzar en la aprobación de proyectos que reclama la JUTEP [Junta de Transparencia y Ética Pública]”. El senador de ese partido José Amorín Batlle sostuvo que la corrupción “acerca al populismo latinoamericano a su final” y que “la superioridad moral de la que hablaban [los gobiernos de izquierda] de la boca para afuera terminó en un desfile por los juzgados”.

En tanto, el senador del Partido Independiente Pablo Mieres afirmó que “la presencia de dirigentes políticos y sindicales uruguayos en Brasil para presionar a la Justicia de ese país sobre las acusaciones de corrupción de Lula es una vergüenza y muestra qué poco respeto tienen por las instituciones y por la separación de poderes”.