“¡Vamo’ arriba los que luchan!”, le gritó un señor desde su auto a un muchacho de boina que ostentaba la bandera de Uruguay. La ruta 1 sentía el paso lento del tránsito hacia el este, porque uno de sus carriles estaba ocupado por algunos autos y muchas camionetas. Era en el kilómetro 67, cerca de la intersección con la ruta 3, en lo que se conoce como La Radial San José. Pasaban las 9.00 y la movilización de productores rurales autoconvocados, que dicen no tener banderas políticas ni pertenecer a ningún gremio, estaba en su cenit.

El de boina se llamaba Gustavo; es empleado y le dijo a la diaria que el agro se movilizó “porque no aguanta más las cargas impositivas”. Señaló que el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas “es una falta de respeto” e instó a que los diputados, senadores y ministros “se bajen los sueldos”. Luego explicó que todas las banderas de la manifestación eran de Uruguay porque “es un tema nacional” del que “todos estamos enganchados”. Por último, Gustavo preguntó dónde está el “gasoil productivo” que les prometieron, y se quejó del aumento de las tarifas de UTE.

“Esto es el principio, una muestra de la puntita, lo que va a venir es más grande”, dijo a la diaria Santiago sobre la movilización. Contó que tiene una empresa de transporte y que los reclamos no son solamente del agro sino “del transporte, la industria y el comercio”. “Acá hay empleados y empresarios, productores grandes y chicos; estamos todos en la misma y nos estamos poniendo de acuerdo. El ministro de Economía y Finanzas [Danilo Astori] hace dos años que viene diciendo que el país no soporta más impuestos, y ya van dos subas grandes de impuestos. Nos está tomando el pelo. Hay subsidios para la bebida y para las nuevas empresas grandes que vienen, ¿por qué no se los dan a la gente de Uruguay? Necesitamos que se active el agro, el país es netamente agrario y se lo está matando. El día que la vaca se seque, quiero ver de qué va a vivir este país”, agregó, y explicó que los movilizados están organizados por “un fin común”, pero no pertenecen a ninguna organización, porque los gremios “siempre acomodaron con el gobierno”.

“Deje libre la circulación, caballero”, ordenó un oficial de la Policía Caminera desde su auto, vía megáfono, pero con un tono que emanaba resignación, como si lo dijera para cumplir con la teoría del rigor, sabiendo que no existía la más mínima chance de que le dieran cabida a su pedido. Uno de los señores que estaba con su camioneta apostada en el carril derecho le dijo a la diaria que reclamaba que el sector “tenga un poco más de rentabliidad”, ya que los costos actuales “son impresionantes” y no se puede competir “ni con la región ni con nadie”. “Se terminó el boom, y lo aprovecharon mal o lo desperdiciaron, y ahora tenemos las consecuencias. Porque cuando un día le das de comer a un tipo y no le pedís nada, ¿con qué le sacás la comida? Te va a seguir pidiendo, y eso es lo que está pasando, con toda la gente que se mantiene con los planes sociales que no tienen retorno de nada”, sentenció el señor, que, por último, también dijo que no hay “partidos políticos ni gremio” en la movilización y que todos son “independientes”.

A marcha camión

La caja de un camioncito ofició de plataforma para esparcir la proclama de la movilización y hacerla llegar a quien quisiera escucharla. El encargado de difundir la palabra, a grito pelado, fue el productor Daniel Campanella, quien subrayó la importancia de acordar los reclamos y hacer una agenda a corto, mediano y largo plazo, ya que “con bajar sólo el combustible y la luz no es suficiente”. “Hay un endeudamiento monstruoso. Se habla de entre tres y cuatro mil millones de dólares del sector agropecuario. Nos han invadido cosas extranjeras que acá podríamos producir riéndonos; entonces, hay que prepararse y pensar bien. Tenemos que juntar fuerza. Nuestra fuerza es esta más toda la que podamos acumular del agro, del campo y de la ciudad, porque la ciudad también se está quedando sin trabajo, ya que nosotros no podemos generar en estas condiciones”, dijo Campanella, y luego señaló que los gremios están en un “diálogo de sordos”, mientras “desaparece un tambero cada dos días” y en total desaparecieron “40.000 fuentes laborales del agro”. Agregó que la solución no es ponerle “más impuestos a la población”, sino que el Estado se “ajuste el cinturón” con “esos sueldos vergonzosos”, de gente “que vive muy bien pero no produce nada”. Por último, Campanella advirtió que “ya no se puede producir más”, pero Montevideo todavía no se enteró porque está “en una nube de pedos” a la que la indujeron para “dividirlos”, con “toda la historia de las 4x4”. Pero las 4x4 no son historia sino presente. En el corte de carril se podía encontrar alguna que otra Toyota Hilux Turbo y más de una Chevrolet S10 DLX. Ambos modelos con tracción en las cuatro ruedas.

“Nos van a tener que escuchar por las buenas o por las malas, porque ya no damos más”, dijo otro de los oradores, Matías Lemos, quien informó que a las 19.00 se iban a juntar en la Asociación Rural para proponer a los candidatos que los representarán en la marcha y las diversas movilizaciones del agro que habrá el 23 de enero. Luego señaló que la movilización de ayer era abierta y que si alguien quería hablar lo podía hacer. Acto seguido, una señora que dijo tener casi 60 años, llamada Rossell Pérez, se subió a la caja del camión y contó que estaba “muy nerviosa y muy mal” y que “mucha gente no entiende lo que está pasando”. “Están poniendo al empleado contra el patrón, al patrón contra el empleado; todo está mal, y así vamos a terminar como en Venezuela. Todo el mundo quiere tener un empleo público, y no es así. Hay malos gobernantes, que no saben nada, porque fueron militantes durante años pero para gobernar hay que tener buena conducta, sobre todas la cosas. Nosotros no estamos siendo escuchados, se ríen en la cara de los productores”, dijo, y luego contó que tiene “un tambito y un comercio” y ve “a la gente desesperada que no puede pagar”.

Pasadas las 10.00, la movilización se transformó en una marcha hacia la ciudad de Libertad. Mientras todos se subían a sus autos y camionetas, una señora arengaba para que cortaran la ruta. Resultó ser María Luisa Conde, diputada suplente del Partido Nacional, que, al ser consultada por la diaria, dijo que estaban reclamando “un poco de clemencia para el campo con los impuestos” y ser atendidos por el presidente de la República, Tabaré Vázquez. Luego dijo: “Tienen que cortar la ruta y hacerse sentir, porque si vos circulás y no jodés a nadie, está todo bien; entonces, tienen que cortar la ruta para hacerse escuchar. Esto no es un trancazo, sino una una cosa re light: estamos circulando, no estamos molestando a nadie. Tienen que cortar”, insistió Conde.