“Ganadores son todos. Se destacó él porque llegó descalzo”, contó a la diaria el coordinador, Javier Mendoza, también presentado por la prensa como el “entrenador” del niño que corrió descalzo en la carrera San Fernandito de Maldonado y llegó primero a la meta. Medios locales y nacionales se hicieron eco de esta noticia, que se apoya en el relato del pobre que, pese a sus carencias, alcanza el éxito. Sin embargo, Mendoza aclaró que “ganadores son todos” y que incluso durante la carrera el niño corrió hacia atrás para levantar un sombrero que se le había caído.

La San Fernandito no cuenta con registros de ganadores, ya que es una carrera cuyo propósito es divertirse. No hay un ganador. Entonces, ¿por qué destacar al niño riverense como el ganador? “Es una historia impresionante de superación”, dijo Mendoza, emocionado, y enseguida dio paso al cuento que tiene que ver con otro niño del grupo que se encontró con su madre después de haber pasado años sin verla. Se nota que hay una intención de emocionar con relatos de corte “teletonero”.

Muchos de estos gurises que viajaron en el Día de Reyes a Maldonado para correr la versión infantil de la San Fernando no comen todos los días. Ni hablar, entonces, de practicar atletismo.

El diario Norte de Rivera tituló: “El riverense JLS corrió descalzo y salió primero”. La leyenda parece haber cobrado vida, como aquella que hablaba de Alfredo Tente Zulueta, de Rosario, Colonia, un corredor nato que iba y venía descalzo porque así andaba él, porque vivía “sin compromisos, en el monte, con sus perritos”, según relataba el edil nacionalista Roberto Arocena en la Junta Departamental de Colonia en 1992. Pero no. No se parece a esa leyenda aunque intenten reforzar el mito.

Después de la San Fernandito, el diputado colorado y ex intendente de Rivera Tabaré Viera expresó en su cuenta de Twitter que el niño riverense merece un lugar en el “salón de la fama” uruguayo del año. “Propondré al gran JLS para uno de los premios que anualmente otorga la Cámara de Representantes a deportistas destacados del año. Son en estos niños, con condiciones extraordinarias, en los que el Estado debe invertir”, sostuvo. Por el mismo canal de comunicación salió al cruce un edil de Cerro Largo: “Si JLS fuera de Melo, habría corrido la San Fernandito con championes, porque en nuestro departamento esas cosas no pasan”.

El gurí que corrió descalzo el sábado 6 de enero es, además de niño, hermano de otros siete niños. Son ocho en total; algunos integran la escuelita de fútbol Pibe Soy, que reúne a cerca de 2.000 niños de Rivera y Santana do Livramento. Nadie de la escuelita ni de la organización de la competencia le advirtió al gurí que correr descalzo podía ser peligroso. La escuelita en Rivera no tiene un lugar físico, aclaró Mendoza: se las rebuscan para entrenar en otros escenarios, como en el barrio Rivera Chico.

De acuerdo con el testimonio de Mendoza, durante la maratón del 6 de enero en Maldonado el gurí prefirió no usar sus championes porque estaban rotos. ¿Por qué no se intentó conseguir otros? “Fue impresionante, porque faltando un minuto y medio o dos para la largada, voy a revisar la mochila, a ver si encuentro los championes. No tenía; en un minuto y medio no me daba para salir a comprar championes”, recordó Mendoza. Relató el momento en el que el niño se largó a correr con sus chancletas. Pero, finalmente, se las sacó y siguió descalzo. “El piso estaba muy caliente”, recordó. Cuando terminó la carrera, un médico le revisó los pies al niño, para verificar si se los había quemado. En la revisación observó una “caparazón fuerte” que, supuso, se hizo en otras carreras, tal vez menos formales.

Descalzo en el asfalto, entre otros gurises que tenían championes, el niño de Rivera siguió corriendo como suele hacerlo en el día a día, sin saber muy bien cómo ni por qué. Para entender si existe algo de preparación en esta escuelita, la diaria preguntó a Mendoza si él como entrenador les enseña algunos elementos –aunque sean básicos– para correr una maratón. “Estoy en Maldonado de lunes a viernes, me contacto por Whatsapp”, dijo, y enseguida se entiende que su rol no es el de entrenador.

¿Quién es el entrenador del niño? “Pueden ser varios. Ya no es como antes, que hacían atletismo fuerte. No tiene un entrenador, por eso es asombroso cómo pudo desenvolverse esa manera ahí”, respondió Mendoza, un ex jugador de fútbol que habla en portuñol y que dice tener un sueño: “Quiero un ómnibus que tenga el escudo de la escuelita con el lema bien grande ‘formación de valores’”. A Mendoza le duele que jugadores de la talla de Rodrigo Mora, que han pasado por su escuelita, “hoy no lo reconozcan”.

Las donaciones

El otro día apareció un “representante de [Edgardo] Novick” para hacer una “donación importante”, dijo Mendoza. Luego de que los medios publicaran la leyenda del niño descalzo, surgieron algunos donantes. Entre los aportes se destaca un par de championes Nike para correr. Si se los hubieran dado unos días antes, en el caso de que el talle fuera el adecuado, el niño podría haber corrido con protección. Pero tal vez su historia no habría trascendido. Lo cierto es que también el cónsul de Nacional en Rivera se comunicó con Mendoza para hacerle llegar una camiseta del club firmada por los jugadores del primer equipo.

La escuelita

Mendoza está desde hace 23 años en la escuelita Pibe Soy, desde que el futbolista colombiano Freddy Rincón le levantó la pata cuando jugaba en Frontera Rivera. Recuerda que Carlos Valderrama, el histórico mediocampista colombiano de melena rubia enrulada, le dijo a Rincón: “¿Qué hiciste con el pibe?”. El relato evoca hitos autorreferenciales sobre la vida de Mendoza: en 2005 se produjo un hecho trascendente, cuando dejó el fútbol y decidió trabajar con niños de contexto crítico.

Cuenta que un pastor paulista lo vio en una ocasión y le dijo que se le había presentado una visión: “Vos vas a trabajar con niños”. Mendoza dice que cobra un sueldo de la fundación A Ganar por trabajar cinco horas por día, de lunes a viernes, generalmente en Maldonado, donde además trabaja con personas de la tercera edad, discapacitadas y con síndrome de Down. la diaria se comunicó con la sede capitalina de la fundación y preguntó por programas o escuelitas en Rivera, y la telefonista respondió que no sabía nada al respecto. En tanto, en la sede de Maldonado señalaron que la fundación trabaja con la Intendencia de Maldonado y que es allí donde hay que preguntar.

Mendoza está terminando sexto de Derecho en un liceo privado de Maldonado, donde consiguió una beca.

La maratón San Fernando es fiscalizada por la Confederación Atlética del Uruguay.