El Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) firmaron ayer un convenio en el que se prevé capacitar en cuidados de personas mayores y con discapacidad, con miras a fortalecer el Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC).

El programa piloto, implementado el año pasado, logró capacitar a 1.500 personas en todo el país. El director general del Inefop y director nacional de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Pereyra, sostuvo que este segundo acuerdo recoge “algunos de los aprendizajes que hemos tenido en el primero” y “recomendaciones que surgieron de la práctica”. El nuevo convenio aumenta la cantidad de beneficiarios. Ahora serán 2.300 los cupos de formación para personas que atenderán a otras en situación de dependencia: personas mayores o con discapacidad, ya que la otra “pata” del SNIC –la primera infancia– se forma por medio del Consejo de Formación de la Administración Nacional de Educación Pública y del Centro de Formación de Estudios del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay.

El convenio pretende servir a tres públicos distintos: a quienes deseen capacitarse sin formación previa, a personas con formación parcial mediante módulos que les permitan completar su validación y a quienes hayan reunido durante su vida competencias laborales que se acerquen al perfil de cuidador, que recibirán una certificación.

La iniciativa, contó el secretario nacional de Cuidados, Julio Bango, abarca también la formación de 8.000 personas que trabajan en residenciales privados de larga estadía, “las mal llamadas casas de salud”, especificó. También anunció que se “está trabajando” en conjunto con el Ministerio de Salud Pública en “medidas” para mejorar la calidad de estos hogares residenciales. Así, el horizonte de formación para la atención a la dependencia llegará a casi 12.000 personas si se suman las primeras 1.500 del plan piloto.

Bango insistió en que “tan importante como que haya más niños en los CAIF [Centros de Atención a la Infancia y la Familia], en las casas comunitarias o en los jardines, o como que haya más asistentes personales, es que aumentemos el número de gente que accede a este derecho”. En este sentido, sostuvo que la formación representa un “aspecto crítico, en el sentido positivo del término”, para la construcción del SNIC, ya que “cuando una persona va a ser cuidada por un asistente personal tiene que estar segura y tranquila de que quien la cuida posee la formación adecuada como para brindar un servicio de calidad”. Agregó que los convenios garantizan esto y que de 2015 a la fecha el SNIC ha generado por encima de 4.000 puestos de trabajo, y consideró que “no se trata de una cifra menor”.

Pereyra sostuvo que estos convenios buscan “facilitar la inclusión plena y libre de la mujer en el mercado de trabajo”. En la misma línea, la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, consideró que “mujeres, niños y niñas son el nuevo núcleo duro de la exclusión social”, y explicó que con estas políticas se apunta a su desarrollo, mediante el acceso a un salario y su realización personal. Consideró que los desafíos del presente y el futuro en cuanto a la demografía, la robotización y la automatización no suponen un riesgo de sustitución para los asistentes de cuidados, ya que “el cuidado podrá tener ayudas técnicas que colaboren, pero nunca va a ser sustituido, porque el cuidado es humano”. También afirmó que, aunque parezca un paso pequeño, el convenio de ayer supone un eslabón de la transformación cultural que se está llevando a cabo, ya que “todas y todos tenemos a alguien a quien cuidar”.