Lo que está pasando en la estación de servicio ANCAP de San Luis, en el departamento de Canelones, era, para muchos, cuestión de tiempo, y es sólo la punta de una madeja que esconde la debacle de un grupo económico. No es la primera vez que no hay combustible y, además, situaciones similares ocurrieron en todas las estaciones del grupo Estaciones, propiedad de la familia Varela de San Carlos. El negocio surgió en 1980, cuando los Varela adquirieron la estación ANCAP de San Carlos (Alvariza y calle 18 de Julio), en Maldonado, para ir creciendo hasta tener dos estaciones más en ese departamento: Festylend SA, en Camino de los Gauchos y avenida Aiguá, y la de Ruta 39 y Perimetral en Cerro Pelado. Pero después el grupo se expandió a otros departamentos como Colonia, Canelones y Rocha, dando lugar al grupo Estaciones, que actualmente emplea a unos 350 “colaboradores”, según expresa en su sitio web.
Los Varela, vinculados al Partido Nacional, crecieron en los años 90 –la década en que fue intendente de Maldonado su buen amigo el Nene Domingo Burgueño Miguel– no sólo en base a explotar el negocio de la venta de combustibles, sino prestando dinero a comerciantes y gente en apuros.
Pero algo pasó. En marzo del año pasado comenzó a circular en las redes sociales el rumor de que el grupo estaba pasando por una situación financiera complicada. “El rumor corrió como reguero de pólvora en las últimas horas: un importante grupo económico con base en la ciudad de San Carlos enfrenta un difícil trance con deudas a cubrir por valor de siete millones de dólares”, decía FM Gente. Los medios de Maldonado se hicieron eco de los posteos y fueron a preguntar a los Varela. Guillermo Varela aclaraba a la emisora: “Tuvimos un problema comercial que está para destrabar y no pudimos traernos el combustible el día lunes. Ahora hay un momento muy tenso que se vive en Maldonado, que nos saltó un poco para nosotros. No tenemos un problema de deuda o financiero, es un tema que se está resolviendo con nuestra parte comercial de nuestro principal proveedor”, señaló, refiriéndose claramente al cierre de Cambio Nelson, ocurrido a principios del año pasado. “De forma indirecta hay una mínima corridita en todo el departamento que la estamos viviendo a diario, y afecta la confianza y todo lo que eso implica”, agregó.
En tanto, Juan Varela, según recogió el diario Correo de Punta del Este, dijo: “También trascendió que hay un tema familiar societario, también son cosas que si hay diferencias societarias, hubo o habrá, se manejan internas en la empresa, pero no hay diferencias con los socios”.
Tanque vacío Aunque carecen de combustible, 25 empleados de la estación de servicio ANCAP de San Luis, ubicada en el kilómetro 63.500 de la ruta Interbalnearia, permanecen trabajando en la pista del comercio. Desde hace 15 días no tienen contacto con los dueños ni con los encargados, que, simplemente, no aparecieron más. Además, los trabajadores no recibieron el pago de los salarios correspondientes a diciembre. “Hace 15 días que no tenemos combustible, y durante esos días nunca apareció nadie. Cuando llegó el momento de pagar los sueldos siguieron sin aparecer el encargado, el dueño, el gerente. Ni papel higiénico ni agua, nada queda”, explicó a la diaria la delegada de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA) de la estación, Gabriela Martínez. Mientras lavan autos “a voluntad” y explican su situación a la gente que se detiene a cargar combustible (yendo hacia el este, es la última estación de servicio dentro de Canelones, y además comparte local con un Abitab, una farmacia y una oficina de la Comuna Canaria), entregan un volante que dice: “Los trabajadores organizados de ANCAP San Luis comunicamos que no estamos de paro. La responsabilidad absoluta por la falta de combustible es de la empresa Dangelo & Dangelo SRL, además de la falta de pago de nuestros sueldos. Disculpen las molestias ocasionadas. UNTMRA-PIT-CNT”.
Martínez explicó que intentaron comunicarse con “todos los teléfonos” que tenían agendados. “Los dirigentes sindicales también intentaron comunicarse. Nadie contestaba los teléfonos y la realidad es que quedamos a cargo de la llave. No es que la ocupamos [a la estación]: quedamos a cargo. Estamos limpiando los baños públicos, atendiendo a la gente, lavando autos a voluntad, aunque sea para comprar los suministros mínimos para los baños, porque acá paran ómnibus con excursiones todo el tiempo”, dijo la delegada.
Martínez contó que se preguntaron: “¿Y nosotros qué hacemos? ¿Nos vamos para nuestras casas?”. “No, seguimos acá, sólo que no hay combustible y está el minimercado cerrado, porque no queremos entrar para que después no puedan decir que faltó algo o pasó algo”, añadió.
Además de haber personal trabajando hasta 12 horas por día lavando autos, también permanece una guardia por la noche. “Hasta duermen acá para darle vigilancia. Esto es una infraestructura muy grande, y si la dejamos sola...”, expresó Martínez.
Según la delegada, hoy a las 10.00 concurriría un encargado a “hablar con los trabajadores”, “el único que atendió el teléfono a un dirigente de la UNTMRA”. “No sabemos si alguna vez van a aparecer con la plata de los trabajadores, porque no vienen ni siquiera a ver cómo está la estación. Lo que queremos saber es qué va a pasar con nosotros. Si ellos la fundieron y no pueden con ella, que la dejen, si no tienen para pagar los despidos que la dejen a cargo de los funcionarios, que podemos formar una cooperativa, que DUCSA [Distribuidora Uruguaya de Combustibles SA] nos dé una mano, y si no que nos manden a seguro de paro, pero acá hay trabajo y nosotros queremos trabajar”, dijo Martínez. Para la delegada, esta estación es un gran negocio y es “imposible que dé pérdidas”, sobre todo en temporada, cuando se forman colas de autos para cargar combustible y comprar en el minimercado.
Pero la situación de no tener combustible ya había pasado varias veces durante el año pasado, sólo que no habían transcurrido tantos días, y los encargados se habían quedado. Según Martínez, los inspectores de DUCSA, sociedad anónima de capital estatal que distribuye los combustibles y lubricantes de ANCAP, constataron más de una vez la falta de combustible.
Según pudo saber la diaria, en las estaciones de Maldonado está ocurriendo lo mismo, en particular en la de Cerro Pelado y la de Ruta 39 y Perimetral. Y también en estas estaciones hubo faltante de combustible varias veces durante el año pasado. Incluso, según un vecino de San Carlos, un día achacaron el faltante a un paro de trabajadores, cuando en realidad pasó que los empresarios no tenían con qué pagar el camión tanque de ANCAP.
Ayer, también, algunos trabajadores de la estación de San Luis pidieron una audiencia en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que tomará cartas en el asunto.
Por su parte, el representante de estaciones de servicio en la Dirección Nacional de la UNTMRA, Raúl Villalba, confirmó a la diaria que hoy se realizará una reunión con un representante de la empresa, y que este se comprometió a pagar los sueldos atrasados. El dirigente dijo que el grupo Varela “está complicado económicamente, por préstamos” y que “tiene una deuda con DUCSA tan grande que no le permite acceder a más crédito” con la empresa de capital estatal. “Ya vendieron varias estaciones a los acreedores y la situación se viene regularizando”, agregó, y dijo que el problema con San Luis fue que “se les cayó la venta”. Sin embargo, Villalba dijo que la empresa “tiene voluntad” de resolver la situación, y aunque no se venda la estación quiere “seguir trabajando”.