Uruguay ha logrado destacarse como una de las dos selecciones, junto con Brasil, en clasificarse a los últimos mundiales tanto en la rama masculina como en la femenina. Este deporte, que habitualmente funciona como una etapa de diversión y formación para aquellos que juegan al handball convencional, ha crecido mucho en los últimos años en Uruguay y ha generado resultados muy buenos. La lógica implica que todo esté pensado para brindar un buen espectáculo y por eso prevalece el show como una forma válida de ganar.
Este fin de semana se jugó en la playa Pocitos un campeonato que incluía categorías de cadetes, juveniles y mayores en femenino, y de juveniles y mayores en la rama masculina. La actividad se inició el sábado de mañana y se extendió hasta la noche. El domingo arrancó más temprano porque de tarde debían jugarse las finales de cada categoría.
El estadio Arenas del Plata se dividió en dos canchas, ya que las medidas para este deporte son de 27 metros de largo por 12 de ancho. Se jugaron unos 20 partidos por día en cada cancha, lo que sumó un total de 75 encuentros en todas las categorías. El beach handball se juega con cuatro jugadores, tiene dos tiempos de diez minutos y, si es necesario, se juega un tercero de shoot-out, con cinco tiros para cada equipo, y luego se pasa a uno por bando en caso de igualdad. Los partidos siempre terminan con triunfo, que puede ser 2-0 o 2-1. Los goles valen uno en la modalidad simple –similar al handball convencional– y doble cuando son de fly (recepción de un pase y disparo en el aire), de 360 (con un giro completo en el aire) y cuando los convierte el arquero o jugador especialista.
Este juego premia el espectáculo al otorgarles mayor puntaje a los goles que incluyen piruetas. Por otra parte, el equipo que ataca siempre está en ventaja, algo que vuelve esta disciplina atractiva y dinámica. Cuando un equipo está en acción ofensiva cambia a su golero por un jugador de campo (especialista) y pasa a atacar con cuatro contra tres del equipo rival, que tiene al arquero en su área. Inmediatamente de pasar a defender, el equipo cambia a su jugador especialista por el arquero. Según Gonzalo Peluffo, entrenador de la selección uruguaya femenina de beach handball, los deportes de playa tienen “una modalidad de espectáculo que los hace más entretenidos”. “En este caso aparece la variable del cambio, que permite estar en superioridad numérica, lo cual otorga una gran ventaja. Distinto es el handball convencional, en el que atacan seis y defienden seis”, agregó.
Aquí están, ellos son
Este torneo tuvo la particularidad de que competía la selección nacional, tanto masculina y femenina y en las categorías juvenil y mayor. Lo curioso fue que la selección femenina competía con los hombres, en un marco de igualdad y equidad deportiva. Por ejemplo, en la modalidad femenina, en la categoría de mayores, la selección juvenil uruguaya era uno de los equipos que competían, y para muchas jugadoras esto significaba enfrentar a sus compañeras de equipo. En mayores, en la rama masculina, participaban la selección femenina de mayores y la selección juvenil masculina.
Se anotaron 32 equipos y la competencia tuvo un marco genial. En la categoría de cadetes y mayores femenino el título lo consiguió Malvín, mientras que en juveniles el campeón fue Morgan Beach. En la modalidad masculina el campeonato en juveniles fue para Costa Beach y en mayores para Parque Cubano.