La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) espera que se pueda concretar una solución para la situación de la empresa Pili SA, de Paysandú, que, según sus propietarios (la familia sanducera Nolla), no puede afrontar el importante endeudamiento financiero contraído para la construcción de la nueva planta, debido, entre otras cosas, a la pérdida del mercado venezolano. Sin embargo, para Hebert Figuerola, de la FTIL, la solución que se está negociando “no es de fondo” sino “transitoria”, aunque “permite dar oxígeno a los trabajadores y a los productores por un año más”. “La solución de fondo no está”, afirmó, en referencia a las conversaciones que se están manteniendo en un ámbito que se reunió la semana pasada y que pasó a cuarto intermedio hasta el 18 de enero. Convocado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el mencionado ámbito de negociación se reunió el jueves 4 y participaron representantes de esa cartera, del Instituto Nacional de la Leche, de la FTIL, del PIT-CNT y el presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, Daniel Placeres. Si bien el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca había designado para la instancia a un representante de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria, este no estuvo presente. Tampoco participó el Banco República, porque la entidad está liderando el pool de bancos acreedores y “no correspondía que participara”, dijo Figuerola.

En esa reunión se “puso al día todo lo conversado” en diferentes reuniones mantenidas entre los involucrados en la búsqueda de soluciones para Pili, incluyendo a los bancos acreedores, a la Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) y a su sindicato.

Una de las soluciones conversadas y que para la FTIL es “temporal” y no “de fondo”, es la posibilidad de que los propietarios demuestren “la continuidad de la producción”, y eso garantizaría que el pool de bancos le otorgue a Pili una prórroga de un año para el pago de las deudas. La empresa recibió un crédito de 30 millones de dólares, pero actualmente ya debe 48 millones, según la FTIL.

Figuerola explicó que demostrar la continuidad significa hacer trabajar la planta a pleno. “Hoy está trabajando de lunes a jueves. Debería tener más capacidad de leche, más suministro y más cantidad para procesar. Eso sólo se podría hacer a través de un trabajo a façon y produciendo unos 60.000 litros de leche por día, cantidad que sólo puede absorber Conaprole, por el porte y la cantidad de recibo. Eso sería por el lapso de un año”, indicó el dirigente sindical.

Según Figuerola, Conaprole puso algunas “condiciones”, como “ver la calidad del producto, el precio y la colocación”. En tanto, la FTIL exige que Conaprole concrete una negociación con su sindicato por “algunos temas planteados”, pero principalmente porque no está cubriendo las vacantes de los trabajadores que se jubilan. “Con la ley de cincuentones se va un contingente importante de trabajadores, otros ya se han ido, y lo que pretende Conaprole es no cubrir esas vacantes. Hubo algunas conversaciones con el MTSS y actores políticos, y lo que termina proponiendo el ministerio es que lo de no cubrir las vacantes sería por el término de un año, cuestión que vamos a considerar como federación”, dijo Figuerola. Agregó que durante “el cuarto intermedio” hasta el 18 se verá “si ese camino es viable o no y si puede haber otra alternativa”.

El sindicalista señaló que los propietarios de Pili han manifestado que pretenden “quedarse con 50% de la empresa”, por lo que “habrá que ver cuál es el nuevo inversor o socio”.

La semana pasada la FTIL reunió a su plenario nacional en Paysandú “con una participación importante del sistema político, legisladores, autoridades locales, y el intendente interino [Marco García]”. Si bien la FTIL definió un paro de 24 horas con movilización para el 11, entre otras medidas, facultó a su mesa coordinadora a aplicarlas si la negociación actual no prospera.

Otras empresas de la industria láctea también están pasando por situaciones complejas. La ex Industria Láctea Salteña SA (Indulacsa), adquirida por la mutinacional francesa Lactalis, dueña de 80% de Parmalat, y que tiene dos plantas, una en Salto y otra en Cardona, se encuentra aplicando una reestructura para reducir personal. Entre otras medidas, ofreció a los trabajadores retiros incentivados y desvinculó a todos los zafrales. El 12 habrá una reunión en el ámbito del MTSS para abordar la situación de los trabajadores de Lactalis de Salto, ya que hay algunos operarios en seguro de paro. También están en problemas la Cooperativa Lechera de Melo (Coleme) y la Cooperativa Láctea de Carmelo (Calcar). Otras empresas del rubro, pero dedicadas a la exportación de leche en polvo, no parecen tener problemas de mercado, como la propia Conaprole, Estancias del Lago (del grupo Bulgheroni de Argentina, ubicada en Durazno) o Alimentos Fray Bentos (de la argentina La Sibila y la uruguaya Claldy, ubicada dentro de la zona franca de M’Bopicuá, en Río Negro).