A mediados de semana se divulgó la noticia de que Interpol Argentina había encontrado el cuadro de Pedro Figari que fue robado del despacho de la ex intendenta de Montevideo Ana Olivera en 2011, pero la información fue finalmente desmentida. La confusión surgió porque Figari pintó varios cuadros que mostraban escenas de mujeres lavando ropa. Un director de la comuna explicó: “Cuando nos enteramos de que apareció el cuadro encargamos varios peritajes, y todos coincidieron en lo mismo: esas lavanderas trabajaban demasiado. Y es imposible que después de pasar por la Intendencia de Montevideo esas mujeres mantuvieran la misma disposición para el trabajo”. La fuente recordó que “cuando las personas entran a trabajar acá lo hacen con mucho entusiasmo y actitud proactiva, pero con el paso de los años, invariablemente van siendo absorbidas por la burocracia estatal. La opinión de los expertos es que a las lavanderas de Figari les pasó lo mismo, así que ahora Interpol está buscando un cuadro en el que aparecen mujeres lavando ropa con desgano mientras toman mate y revisan su Whatsapp”. A raíz de este episodio, varias figuras del mundo de las artes plásticas recordaron los peligros de colocar cuadros de Figari en edificios estatales. “Se corre el riesgo de que una imagen de una comparsa de negros bailando y tocando el tambor llenos de energía se transforme en un grupo de personas mirando videos en Youtube”, declaró un crítico de arte.