He Jiankui, un científico chino especializado en genética humana, anunció a fines de noviembre que logró modificar genéticamente a dos mellizas y las transformó, supuestamente, en inmunes al virus del VIH. El hecho conmocionó a la comunidad científica internacional, desde la que se criticó fuertemente a Jiankui. “Por más buenas intenciones que se tengan, modificar genéticamente a seres humanos para hacerlos inmunes a enfermedades significa abrir un camino peligroso, ya que las compañías farmacéuticas podrían quedarse sin ingresos, y si no tienen ingresos, ¿quién nos va a financiar a nosotros?”, reza una carta firmada por cientos de científicos europeos y estadounidenses y publicada en el periódico británico The Guardian. Si bien desde el gobierno chino criticaron a Jiankui, varios funcionarios reconocieron a nivel extraoficial la existencia de un programa “a gran escala” para hacer modificaciones genéticas en embriones humanos, con especial énfasis en la clonación. “China tiene una gran experiencia en imitar productos de otros países y luego producirlos y venderlos mucho más baratos que los originales. Ahora queremos hacer esto mismo en el mercado de los seres humanos”, declaró un funcionario del gobierno chino. “Consideramos que con nuestros avances, dentro de muy poco podremos empezar a comercializar suecos, alemanes y franceses a precios extraordinariamente competitivos. Y lo bueno es que la gente prácticamente no va a notar la diferencia, porque van a ser copias exactas”.