Irse de vacaciones es igual a descansar, disfrutar, conocer y cualquier sinónimo que se les ocurra relacionado con un momento placentero, pero también implica un cambio de paisaje, de olores y, por ende, de territorio. Para los perros este último es el ítem importante. Todo se vuelve novedoso: ven cosas nuevas, huelen cosas nuevas y, en definitiva, conocen cosas. Por eso, aquí van unos consejos para minimizar algunos riegos que pueden presentarse en la tan deseada y por qué no merecida escapada.

Antes del viaje

» No alimentar a la mascota el día que salimos.

» Sacarlo a pasear para desgastar sus energías.

» Llevar un recipiente con agua fresca para el viaje.

» Asegurarnos de llevar su carnet de vacunas.

» Abastecernos de su comida habitual calculando el gasto diario.

» En el caso de los perros de talla pequeña, llevarlos en una transportadora adecuada (el animal debe poder pararse y girar dentro de ella).

» Collar y correa.

» Consultar al veterinario sobre productos antipulgas y consejos para cada caso en particular.

Durante el viaje

» Si el perro ladra, no utilizar bozales para eliminar esa conducta, ya que con bozal no podrá respirar correctamente y pueden aparecer síntomas relacionados con el aumento de su temperatura corporal de forma abrupta. En todo caso procurar bozales de canasta, que pueden minimizar algo los ladridos y al mismo tiempo le permiten al perro el jadeo, vital para respirar.

» Si decidimos realizar una parada durante el viaje, no dejar al animal dentro del auto, ya que la temperatura puede aumentar drásticamente en sólo 15 minutos.

» En caso de viajes largos, hidratarlo cada 45 o 60 minutos y bajarlo a hacer sus necesidades.

» Siempre dejarle un juguete (hueso de lonja, oreja o similar) en el asiento trasero.

» No prender el aire a temperaturas extremadamente frías; es preferible parar y mojarle el cuello, las patas y el vientre.

Llegada

» Bajar antes que el perro e inspeccionar la casa en busca de veneno para hormigas, caracoles y ratones.

» Los primeros pasos, hacerlos con correa.

» Hidratar nuevamente al animal y ofrecerle comida luego de unos 45 o 60 minutos.

» Prestar atención a los nuevos vecinos y sus mascotas para evitar escapes, peleas o situaciones similares.

Rutina felina

A diferencia de lo que sucede con los perros, en general los gatos no disfrutan tanto de viajar a un territorio desconocido, correr por la playa o traer el juguete tras tirarlo al mar, río o piscina. Cuando el período de ausencia es corto (unos días o una semana), lo recomendable es mantener al gato en casa y no exponerlo al estrés que le genera la modificación de su territorio. Si bien son animales sociales y encajan perfectamente dentro de nuestra familia, el alimento, los olores, los ruidos y las zonas destinadas al descanso, a hacer sus necesidades y demás son prioridad para ellos.

En estos casos es útil contar con la ayuda de algún familiar o amigo. Si bien pueden quedarse solos algún tiempo, es necesario que alguien visite el hogar para renovar su alimento y limpiar su bandeja sanitaria, además de interactuar con ellos, ya sea mediante juegos o mimos.

Debido a que el gato puede racionar su alimento y a que las necesidades higiénicas sólo se efectuarán en la bandeja sanitaria, el trabajo es mucho más simple que el que implica la dependencia diaria que tienen los perros.

Sin embargo, existen excepciones: algunos gatos han sido acostumbrados de pequeños al traslado a determinados lugares y muchos logran adaptarse perfectamente.

También hay profesionales que ofrecen alojamiento transitorio exclusivamente para gatos, así como sitios web que brindan información sobre servicios de alojamiento específicos.

Previo al viaje

» Adquirir una transportadora para gatos.

» No alimentar al animal.

» Llevar un recipiente con agua.

» Comprar la comida que habitualmente come y calcular la cantidad para los días fuera de casa.

» Lleve sus juguetes, bandeja y piedritas sanitarias habituales.

» Consultar al veterinario sobre productos antipulgas y consejos sanitarios.

En el viaje

» Colocar la transportadora en una zona segura del auto u ómnibus.

» No dejar al gato en el auto por períodos prolongados.

» Hidratar al animal cada 45 o 60 minutos.

Llegada

» Recorra el lugar en busca de veneno para ratas, hormigas, caracoles.

» Destine para él una habitación segura, sin posibilidad de escape, y dejar en ella al gato con agua, comida, juguetes y su bandeja sanitaria.

» Luego de dos o tres días, permita que el gato conozca su casa de verano, siempre con la posibilidad de escapar a su habitación inicial y sin que pueda salir al exterior.

» A los cinco o seis días seguramente el gato se sienta más seguro y pueda volver a su rutina.