Tras el Consejo de Ministros, el titular de Salud, Jorge Basso, informó en una conferencia de prensa sobre nuevos datos relativos a embarazos y nacimientos en el país. “Murieron 100 niños menos”, afirmó, tras comunicar que la mortalidad infantil bajó en 2017 a 6,6 bebés cada 1.000 nacidos vivos, de los 7,9 en 2016. Dijo que se trata de “la cifra más baja registrada en la historia” y que se ubica en la “tendencia descendente que se mantiene, con diversas oscilaciones”, en la última década.

Por otro lado, aclaró que este descenso no responde a los abortos “terapéuticos” –los que se realizan por recomendación médica– ni a los que se practican en el marco de la interrupción voluntaria del embarazo. “Ninguno de estos componentes ha incidido”, aseguró, e informó que los abortos “terapéuticos” rondaron los 67 por mes en 2017 y las interrupciones voluntarias, entre 810 y 820, niveles “similares a los de 2016”. Consultado respecto de las limitaciones para llevar a cabo el procedimiento en algunos departamentos, respondió que están “trabajando para que haya centros de interrupción voluntaria del embarazo en todos los departamentos del país”.

Basso también informó que se logró reducir la mortalidad neonatal tardía –la que ocurre en el primer mes posterior al parto–, que está “fuertemente vinculada a la planificación, el control y el seguimiento del embarazo, y al diagnóstico precoz de patologías y de problemas congénitos o vinculados a la prematurez”, así como la mortalidad neonatal precoz –que ocurre entre el mes y el año de vida del niño–, para las que son especialmente importantes las políticas de corte socioeconómico.

Otro dato significativo es que “siguió disminuyendo” el embarazo adolescente: “El principal objetivo sanitario de esta administración”, apuntó. El ministro dijo que se trata de la segunda baja anual consecutiva, y consideró que se debe a “las políticas de salud sexual y reproductiva” y a las “mejoras del sistema sanitario”, producto de medidas específicas como la incorporación de métodos anticonceptivos y el “trabajo fuerte” en el sector de la salud. También reconoció que “nuestro país tenía guarismos muy altos” y que “todavía queda mucho terreno por delante”, sobre todo si se hace una “comparación con países del primer mundo”.

Dijo que su cartera seguirá trabajando para “lograr, de alguna forma, que todas las maternidades de este país tengan mejor calidad”, y defendió los controles durante el embarazo como “una detección oportuna de algunos diagnósticos”.

Bacteria resistente

El ministro también fue consultado acerca del brote de enfermedades infecciosas con bacterias que resultan resistentes a los medicamentos habituales, y dijo que se trata de “una tendencia mundial”. “En todos los sistemas de salud hay una sobreutilización de antibióticos, y eso hace que aparezcan bacterias resistentes”, explicó. Por otro lado, consideró que el hecho de que hoy en día las personas puedan trasladarse “rápidamente de un lugar a otro del planeta” lleva a que “muchas veces sean portadores sanos [de bacterias] que no les producen sintomatología”, y al encontrarse en un centro de salud con otra persona con su sistema inmune más deprimido, se produzca el contagio. Concluyó diciendo que “seguramente se trate de un fenómeno que nos va a acompañar a lo largo de la historia” y que, por lo tanto, “hay que darle batalla”.