El Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) se reunirá el jueves para abordar el caso de una niña que cursaba cuarto año en el colegio Santa María de Montevideo y no promovió, aunque su familia discrepó con la decisión y a fines de diciembre llevó el caso a la Justicia. La familia presentó un recurso de amparo ante el Juzgado de Familia de 20º Turno, y el magistrado Gerardo Álvarez le dio la razón y alegó que estaban siendo vulnerados los derechos de la niña. El caso fue divulgado el sábado por el diario El País. El CEIP se enteró el viernes del fallo judicial, que salió en diciembre; la inspección de colegios privados ya estaba trabajando en el tema.

El colegio apeló el fallo. Según El País, la inspección de privados comparte el accionar del colegio, que ya había advertido a los padres de que la niña corría riesgo de repetir y había puesto un potente equipo psicopedagógico para acompañarla durante el trayecto.

En diálogo con la diaria, Pablo Caggiani, consejero de Primaria, informó que “Primaria pidió un informe a Jurídica de qué es lo que corresponde hacer, porque, a priori, nos parece que puede estar afectándose la autonomía del ente y algún artículo de la Ley de Educación”. Caggiani subrayó que “además hay preocupación porque, en realidad, este tipo de cuestiones afecta la trayectoria educativa de los gurises. No hay ningún docente que quiera hacer a alguien repetir para hacerle daño; el recursado es el último recurso que existe para garantizar aprendizajes, entonces es muy extraño a quién está defendiendo la Justicia en esta situación”. A su entender, “es bastante extraño que el sistema judicial le dé lugar a este tipo de resolución de conflictos entre familia e instituciones. Hay un problema del mundo adulto que no se está poniendo de acuerdo en cómo garantizar los aprendizajes de una niña”.

Según El País, los padres entendieron que la decisión de dejar a la niña repetidora “era contraria a una resolución que adoptó Primaria en noviembre”, que sugiere que la repetición sea excepcional y que se dé por ciclos, al término de tercer o sexto año. Consultado por la diaria, Caggiani explicó que esa circular de 2017 “plantea toda la normativa que hay respecto del tema, todos los recursos que existen, la flexibilidad que existe desde el punto de vista normativo, de forma de atender la trayectoria de cada uno de los niños y niñas, pero no dice que no se pueda repetir”. Aclaró que la adquisición de la lectoescritura es un ciclo que comprende primero, segundo y tercero, y que “ahí aparece la idea de pensar las trayectorias educativas como forma de cuidar el tema de la repetición”. “Esto tiene varias fundamentaciones: primero preservar el grupo de pares, en segundo lugar no generar extraedad, fundamentalmente por cómo repercute en la trayectoria educativa en educación media, pero en ningún momento se señala que no se pueda repetir más, ni que no se pueda repetir algún año específico”, agregó. Distinguió que recursar quiere decir “plantearse estar un año más en el mismo grado con una planificación en la intervención adulta, que dé cuenta de cómo mejorar los aprendizajes. Es una forma de garantizar que [el niño o la niña] acceda a los conocimientos necesarios. Pero interpretar eso como que no se puede repetir es bastante arbitrario”, opinó.