El 1º de marzo el diputado del Partido Nacional (PN) Jorge Gandini asumirá la presidencia de la Cámara de Diputados. Uno de sus objetivos es que la gente conozca más las actividades de los representantes nacionales. Para lograrlo, piensa reforzar la comunicación con transmisiones radiales de las comisiones; hasta ahora, las sesiones de la Cámara de Diputados son transmitidas en vivo por Youtube, pero Gandini cree que “la mayor parte de la gente no lo sabe” y aseguró que, además, hay que hacer las transmisiones por Facebook. El nacionalista dijo a la diaria que le interesa en especial que se transmitan las sesiones de la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, que trata la Rendición de Cuentas. “Son sesiones de 12 horas todos los días, durante 40 días; por ella pasan todos los ministerios y todo el Estado. Sería bueno que se pueda escuchar lo que pasa allí, porque, para bien o para mal, afecta el bolsillo de la gente”, afirmó. En cuanto a transmitirlas por Facebook, afirmó: “En las redes sociales es donde está la gente”.

–Las redes sociales cambiaron la manera de hacer política. ¿Los políticos han entendido cómo usar esas herramientas?

–Hay de todo. Las redes empoderan a la gente y permiten que se entere de cosas, sin intermediarios, pero también se han transformado en otro lugar de batalla política y de lucha por el poder. Hay mucha militancia en las redes sociales; alguna –y esa me la banco– opina a cara descubierta, pero hay militantes detrás de perfiles ocultos que agravian o mienten. Eso fue generando un ámbito de debate fuera del formal; es más crudo, agresivo y violento. Hoy el Whatsapp también tiene un peso brutal.

–Se han filtrado muchos audios de integrantes de todos los partidos.

–Pero hay mucha cosa trucha. Se adjudican cosas a personas que no las dijeron; además, se falsifican fotografías y se les adjudica un valor que no tienen. El otro día yo me saqué una foto en el Teatro de Verano con gente de todos los partidos; estábamos Pablo Ferreri [subsecretario de Economía y Finanzas], Daisy Tourné [diputada del Frente Amplio, FA], Carlos Varela [diputado del FA] y Leonardo Costa [prosecretario durante la presidencia de Jorge Batlle]; yo subí un tuit con esa foto y escribí: ‘Lo que separa el hombre, lo junta el carnaval’. Más allá de los comentarios buenos y malos que generó esa foto, hasta dentro de mi propio partido, hubo quien la extrajo y la compartió en grupos de autoconvocados, diciendo: “Acá está Gandini en el acto de las focas en Piriápolis”. Entonces empezaron a criticar que estuviera en el acto del FA: alguien lo dijo y otros le creyeron.

–¿Cómo está la interna en el PN?

–El partido está buscando pista porque tiene una enorme posibilidad de ganar los próximas elecciones, y eso genera movimientos fuertes. Hay una efervescencia de liderazgos emergentes que buscan su espacio. También hay problemas internos, como en todos los partidos. En el FA se discute si se quiere un Tratado de Libre Comercio con Chile o con China. Tienen posiciones ideológicas muy fuertes, que descalifican a las otras; en el PN no se llega a eso, pero hay una lucha interna por posicionamiento, y cuando se exteriorizan se usan en nuestra contra.

–¿Cree que se podrá reeditar la experiencia de la Concertación en Montevideo?

–Es un tema que el partido no ha definido. Yo creo que se agotan los tiempos, y después los hechos deciden por el partido. Dije que en marzo nos va a tragar la interna nacional y no tendremos tiempo ni cabeza para pensar en la estrategia de Montevideo. Hoy no sabemos si vamos con la Concertación y se hacen alianzas, o si se entierra esa experiencia y se ponen tres candidatos. Al no tener ni una ni otra, nadie sale a la cancha; entonces Daniel Martínez se encuentra con el mejor escenario posible: no tiene a nadie en la vereda de enfrente. Martínez abre la ventana de su casa todos los días y tiene la pradera sin ningún obstáculo: camina solo.

–Intendentes del PN de distintos departamentos están siendo muy cuestionados.

–Es llamativo, porque los acusan de cosas que pasaron hace mucho. Empezamos con Agustín Bascou [intendente de Soriano]: la denuncia nació de un pedido de informes que el FA tuvo guardado cinco meses, el tema subió a la cartelera luego de la caída de Raúl Sendic. Después vino lo de [Sergio] Botana [intendente de Cerro Largo], pero él no reincorporó ahora a 202 personas: lo hizo cuando ingresó. Ahora está lo de [Pablo] Caram [intendente de Artigas], pero su equipo está armado así desde que asumió; se lo acusa de nepotismo, pero hay gente en el equipo de Caram que son dirigentes políticos de alta relevancia, como el Lolo [Rodolfo] Caram, que fue diputado diez años y tiene un lugar que se ganó. Esto es el esfuerzo de emparejar para abajo, el cartel dice “corruptos somos todos”. Es el esfuerzo de algunos por no poder dar vuelta lo de Sendic: hay una intención de poner esas cosas sobre la mesa, y luego el PN se encarga de amplificarlas, porque las manejamos muy mal. En esencia, algunas cosas están mal, como lo de Bascou, algunas acciones de los intendentes no debieron hacerse, pero se colocan en un momento casi secuencial. Yo estoy esperando a ver qué sale cuando se agote lo de Caram.

–Ese argumento es casi el mismo que usó el FA con el caso de Sendic: decían que era una estrategia de la oposición.

–Sendic se atacó a sí mismo; fue suicida, se inventaba los problemas. Nosotros lo criticamos por su gestión, la oposición no abrió la boca sobre el título, casi no dijimos nada de las tarjetas corporativas. Se lo comieron sus compañeros, la ciudadanía y la Junta de Transparencia y Ética Pública [Jutep]. Sendic fue su propio enemigo: abría la boca y empeoraba su situación.

–El año pasado usted decía que el PN necesitaba pasar de la negación a la ilusión y proponer cosas concretas este año. ¿El partido logró avanzar en eso?

–No, el partido no logró instalar el debate sobre el futuro. Sigue actuando en el contraataque, el FA propone y el PN responde.

–¿Eso lo desilusiona?

–No, los luchadores no nos desilusionamos; quizá pueda estar en la etapa previa a la reacción, porque así arriesgamos mucho.

–¿Qué opina de las medidas que se están votando en el Parlamento para los productores rurales?

–Es mejor que lo que hay. El tema de fondo se resuelve cambiando el gobierno. Tenemos visiones diferentes sobre el papel que ocupa el sector productivo en Uruguay. Cuando el FA habla del campo para ayudarlo, lo piensa como una política social, y la cuestión no es ayudar a los chicos: es entender que el país se desarrolla si tiene un sector agropecuario de chicos y grandes que genere riqueza, pague impuestos y dé empleo. Si lográramos tratar a todos los sectores como al forestal no tendríamos problemas. Por ejemplo, yo no estoy en contra de la instalación de la nueva planta de UPM. Me encanta, porque funciona como proyecto testigo. Los finlandeses vienen porque les ofrecemos condiciones adecuadas para que su inversión sea rentable. UPM viene si la tratamos mejor que a los uruguayos, y ese es un problema.

–Usted siempre ha estado en contra de la cuota de género. ¿Cuál cree que es el papel de la mujer en la política?

–Lo que hay que generar son espacios para que las mujeres se integren. Me cuesta mucho convencer a las mujeres de que se metan en política. Es una actividad que, últimamente, no es muy prestigiosa, y las mujeres sienten que son más útiles en lugares donde se concretan cosas; la política es muy parlamentaria.

–¿Va a ir a la marcha del 8 de marzo?

–Voy a ser presidente de la cámara y acabo de caer en la cuenta de que ese día pasan muchas cosas. No he ido a ninguna marcha, las veo militantemente feministas y antihombres, no sé si en estas marchas en particular. Pero mi actitud es abierta al diálogo; si mi presencia como presidente de la cámara ayuda, yo con gusto voy a ir.

–¿Cómo ve a Verónica Alonso o a Adriana Peña como posibles candidatas?

–Sería una ofensa decir que hay que ponerlas en la fórmula porque son mujeres. Se tendrán que ganar el lugar como cualquiera; condiciones tienen. Además, tienen el mejor momento para competir, porque ser mujer es un diferencial que te hace conocer más fácil y te ubica en la novedad. Hay una tendencia de empujar lo diferente; es una época irrepetible.

–¿No le parece que son más cuestionadas?

–Los únicos cuestionamientos que yo veo vienen de otras mujeres. No veo reacciones machistas cuando una mujer se mete en política, tenemos excelentes compañeras que están bien integradas, y ojalá hubiera más. Entre las mujeres hay visiones diferentes del lugar que deben ocupar.