Uno de los objetivos del Frente Amplio (FA) para este año es instaurar un impuesto a las jubilaciones militares, aunque aún no cuenta con los votos suficientes en el Parlamento, ya que el diputado Darío Pérez no está dispuesto a apoyar la norma. Fuentes de la fuerza política reconocieron que se está considerando seriamente la posibilidad de posponer la votación para el próximo período. “Lo más probable es que tampoco salga, porque no vamos a tener mayorías parlamentarias, pero por lo menos el proyecto va a naufragar por eso y no porque algún diputado miliquero o con aires de vedette se echó para atrás”, reconoció un integrante de la Mesa Política del FA.

De todas maneras, en la interna frenteamplista también se están manejando alternativas para evitar la erogación de dinero necesaria para mantener la Caja Militar, que, según publicó ayer el matutino El País, es de 550 millones de dólares. Un integrante de la Comisión de Programa del FA explicó: “Teniendo en cuenta el escaso interés que han demostrado los países extranjeros durante los últimos siglos en invadirnos, ideamos una solución: dejar de pagar jubilaciones de privilegio y utilizar ese dinero para ofrecérselo a un eventual enemigo que quiera invadirnos. Porque es obvio que si no fuera por las jubilaciones, la carrera militar no tiene ningún atractivo, o sea que nos quedaríamos con un ejército compuesto únicamente por soldados rasos y sin oficiales. Pero si nuestra estrategia de defensa no pasa por meternos en un enfrentamiento del que casi seguramente vamos a salir derrotados, sino por tentar a las tropas enemigas con un generoso bono para que se vayan a su casa, no necesitamos un ejército operativo”. El dirigente agregó que la gran ventaja de este sistema consiste en que “se gastaría dinero solamente cuando nos vengan a invadir y no todos los años, como ocurre hoy por hoy. Lo que hacemos ahora es bastante parecido a estar pagando un seguro contra accidentes por un auto que se pasa en el garaje y nunca sale a la calle. Es un desperdicio imperdonable”.