Morir sin dolor, en la propia casa, considerando a la muerte un proceso normal y habiendo aliviado el sufrimiento –sin que eso implique adelantar la muerte– son algunos de los motivos por los que la Organización Mundial de la Salud recomienda la implementación de los cuidados paliativos. A partir del impulso del Hospital Maciel, que en 2004 creó un servicio de Medicina Paliativa y luego, con la promoción del Ministerio de Salud Pública, los cuidados paliativos se han extendido en Uruguay y han alcanzado una cobertura de 40%. Si bien Uruguay tiene mucho por avanzar, ya cosecha sus frutos en esta materia. Una muestra de ello es el tercer intercambio de profesionales Uruguay-México en cuidados paliativos, que se inició ayer y se extenderá durante toda la semana, con actividades en Montevideo, Colonia y Soriano. Es una etapa más de la “Implementación del Proyecto ECHO Cuidados Paliativos en México”.

El proyecto ECHO (Extension for Community Healthcare Outcomes) nació en Nuevo México (Estados Unidos) en 2003; a partir de un convenio firmado entre la Universidad de la República (Udelar) y la Universidad de Nuevo México, en 2014 comenzó a desarrollarse ECHO Uruguay, que implementa ciclos continuos de teleclínicas, en los que equipos de salud de todo el país discuten casos clínicos complejos. Desde 2014, ECHO Uruguay trabaja en 11 patologías, entre ellas, cuidados paliativos de adultos y pediátricos.

Henry Cohen, profesor de Gastroenterología de la Facultad de Medicina (Udelar), fundador y director de ECHO Uruguay, explicó ayer en la presentación en la Torre Ejecutiva que “en cuatro años, el proyecto contribuyó a democratizar el acceso a la salud y la educación médica gratuita a colegas fuera de la capital”, y que aporta a la formación en otros países, como México. El intercambio con ese país es financiado por el Fondo Conjunto de Cooperación Uruguay-México y tiene el objetivo de aportar en cuidados paliativos en la formación de equipos de salud de los 32 estados mexicanos.

Por casa

Gabriela Píriz, coordinadora del Servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Maciel y de la teleclínica ECHO Cuidados Paliativos en Uruguay, resumió ayer que el cometido de los cuidados paliativos es ofrecer calidad de vida y calmar el dolor, la presión y la ansiedad. Subrayó la importancia de que la persona pueda “estar en su casa hasta el final de sus días”, sintiéndose útil, cómoda, y que los niños “sepan que la enfermedad es parte de la vida, y la muerte también”. La propuesta es “llevar el hospital al domicilio, llevar todas las maniobras invasivas para que no tengamos que trasladarlos”, dijo, e hizo hincapié en que tanto la persona como su familia puedan ser acompañadas por un equipo interdisciplinario, integrado por especialistas en medicina, enfermería, psicología y trabajo social. No todo es color de rosa en Uruguay: faltan centros, hay lugares en los que no se cuenta con equipos o los profesionales trabajan de manera voluntaria; se sugirió a la Udelar que incluya los cuidados paliativos como parte de la formación obligatoria.

Resumió que ECHO “trabaja la desmonopolización, democratización y descentralización del conocimiento para solucionar problemas de la salud comunes, complejos y de alto impacto en la comunidad”. Desde 2015, la Clínica ECHO hace reuniones quincenales y virtuales de 90 minutos con profesionales de todo el país, que presentan casos clínicos complejos que son analizados conjuntamente. Destacó que la herramienta se ha conformado en un espacio de formación permanente, integrando a profesionales de localidades alejadas, y que ha permitido “afianzar un sistema de referencia y contrarreferencia a nivel nacional”. Además de en México, el equipo se dispone a colaborar con un proceso de extensión de cuidados paliativos en Argentina y El Salvador.