Fue la alegría de varios y el momento de encuentro. Cuatro categorías de chiquilines tuvieron unas enriquecedoras jornadas con una experiencia distinta, la de jugar al fútbol en la arena. Apenas notaron el cambio; correr atrás de la pelota era la premisa, no importaba la superficie. El estadio equipado, la pantalla gigante, los medios y el clima que había en la playa Pocitos entusiasmaron a todos los gurises que disputaron la Copa Mc Donald’s durante un par de semanas.

Para la gran mayoría de los participantes fue el espacio ideal durante las vacaciones. De hecho, muchos que no tenían la posibilidad de ir a la playa pudieron hacerlo con sus clubes. El marco de confraternidad entre todos los deportes que hay en cada jornada del Arenas del Plata contagiaba un clima de competencia sana que genera grandes aportes en el fútbol infantil.

En la categoría 2008 se presentaron diez equipos divididos en tres series. En la final Maeso igualó 1-1 con Cerro Juniors, pero los de Punta Carretas ganaron en la tanda de penales. La Lata se ubicó tercero y Siete Estrellas, cuarto. En la categoría 2006 se inscribieron ocho equipos separados en dos series. En la final Siete Estrellas venció 2-1 a Marconi, el tercero fue Alumni y el cuarto, Deportivo Uruguayo.

En la categoría 2006 también jugaron ocho equipos, separados por dos series. El campeón fue Palermo, que se impuso 3-2 a Santa Catalina, el tercero fue Euskal Erría y el cuarto Los Pibes. La categoría más grande fue la 2005 y tuvo diez inscriptos, separados en tres series. Los Gorriones fueron los ganadores del título, al ganarle 2-1 a Estrella Federal, Los Gonzalitos B fueron los terceros y Los Gonzalitos A los cuartos.

Recreación y competencia

Gustavo Poyet fue presidente de la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) entre 2004 y 2006. El gobierno de ese entonces le propuso tomar el cargo y tuvo como asesores a Sergio Markarian y Óscar Washington Tabárez. El principal objetivo fue aplicar el estudio concomitantemente al fútbol. A su vez, propuso la idea de que el fútbol infantil puntuara los partidos recién a partir de los nueve años, una propuesta que no fue votada.

Según Gustavo Costela, organizador del torneo en el Arenas del Plata y referente del fútbol infantil, la competencia debe ser sana para poder desarrollarse. “Cuando hay instituciones o padres que toman la competencia como si fuera el fin del mundo, es muy malo. Es contraproducente por la presión sobre el chico. Pero no creo que esté mal que se compita. Soy crítico de que chicos de cinco años estén compitiendo y jueguen finales”.

Uno de los valores que Costela considera clave en este ámbito es el proceso de socialización y culturización que aporta a los chicos. “Llega un momento en que sólo el fútbol infantil logra igualdad. Podés encontrar en un equipo al hijo del banquero o de una empresa importante, y al chico que es muy pobre. En el momento en que juegan el partido son iguales y no tienen diferencia alguna. Logra algo impactante: los niños viven el intercambio social y la cultura en una cancha”.

Para instaurar buenos valores, el torneo de fútbol playa no premió objetivos personales para no fomentar el individualismo, sino a colectivos. Por eso el premio al campeón fue un almuerzo compartido entre todos los integrantes de cada plantel. Se premió al equipo más goleador y al menos vencido. A su vez, las sanciones en expulsiones no son acumulativas, excepto que se deban a algo muy agresivo.