En pleno Carnaval se conoció, de la mano de VTV, que Mauricio Ardus, hasta entonces vicepresidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), había contratado como secretaria personal a la novia de su hijo, por un salario de 57.000 pesos. El contrato, efectuado por intermedio de la Comisión de Apoyo, se extendía hasta el fin de su gestión (febrero de 2020). Luego de que se divulgara el caso, Ardus despidió a la joven. Fue la gota que desbordó el vaso en la administración de Susana Muñiz, cuestionada a nivel mediático y político –fundamentalmente por la oposición– durante todo 2017 por presuntas irregularidades que motivaron, entre otras acciones, la comisión investigadora parlamentaria de la gestión del organismo desde 2008 a la fecha.

El presidente de la República, Tabaré Vázquez, les pidió ayer la renuncia a los tres integrantes políticos del directorio de ASSE: a Muñiz, a Ardus y al vocal, Jorge Rodríguez Rienzi. Más tarde trascendió que Vázquez le ofreció la presidencia de ASSE al ex senador y ex intendente de Canelones Marcos Carámbula, miembro del Espacio 1001, coalición que integra el Partido Comunista del Uruguay (PCU), al que pertenece la presidenta destituida. la diaria confirmó el nombramiento de Carámbula y se desconoce quiénes serán los dos otros directores políticos. Vázquez no le pidió la dimisión a Richard Millán, gerente general de ASSE.

En su carta de renuncia, Muñiz hizo un breve balance de su gestión: destaca que durante los tres años que estuvo al frente de ASSE hubo “claros avances”, que pueden verse en los resultados de las encuestas de satisfacción de 2017 y en los premios de calidad que obtuvo el organismo a nivel nacional e internacional. Dijo que no pudo cumplir con todos los objetivos propuestos, “en parte por dificultades propias” –sobre las que no abunda–, sumadas a “una campaña de la derecha descarnada y desleal destinada a desarticular el Sistema Nacional Integrado de Salud [SNIS] y condenar a ASSE a ser un prestador no competitivo. Una derecha entre cuyos intereses están los de algunas corporaciones a las que no les sirve que ASSE continúe liderando la reforma de la salud y mejorando”, señaló. La ex jerarca remató agradeciendo la confianza y quedó a disposición para hacer una adecuada transición. Manifestó, también, que poner su cargo a disposición era lo mejor “para seguir defendiendo el sistema de salud y a nuestro gobierno”.

Diálogos internos

En la carta de renuncia, Muñiz no hizo ninguna valoración sobre Ardus; sí lo hizo en una comunicación que mantuvo con compañeros de su fuerza política, a quienes les dijo: “Tranquilos. Sí, de verdad no sabía lo que había hecho el compañero, pero bueno, no deja de ser mi responsabilidad, y el proyecto político está por encima de las personas”. Si bien el directorio votó la contratación de su nuera, según las afirmaciones de Muñiz y de Pablo Cabrera, director en representación de los trabajadores –que permanece en el cargo, al igual que Natalia Pereyra, en representación de los usuarios–, en ningún momento comentó que se trataba de la novia de su hijo.

Diferentes políticos consultados por la diaria coinciden al reprobar la actitud de Ardus; en cuanto a la responsabilidad –y la destitución– de Muñiz, hay opiniones diferentes, incluso dentro de la propia Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP).

Sobre Ardus, Cabrera dijo a la diaria que “desde el punto de vista estrictamente jurídico-administrativo, ser novia o novio de alguien para la sociedad no significa nada. Con esto no estoy justificando, simplemente siendo objetivo en el análisis: lo dice si quiere y si no quiere no lo dice, es su responsabilidad y tiene que asumirlo. Para mí fue un error, yo no lo haría”. Subrayó, además, que el ex vicepresidente era representante del Poder Ejecutivo, y que se debía a la fuerza política.

Dijo que la destitución de Muñiz y de Rodríguez Renzi son “de las cosas que llaman mucho la atención, y destacó que Muñiz asumió las responsabilidades que tenía respecto de la gestión, más allá de que no tuviera conocimiento de a quién estaba contratando Ardus. Opinó que “en parte” la destitución tiene que ver con la presión ejercida a partir de la conformación de la comisión investigadora. Cabrera discrepa con la decisión de Vázquez. Sostuvo que “si la punta de todo esto es la contratación de una persona, la responsabilidad es individual, no es una responsabilidad colectiva, entonces, hacer asumir a todos lo que solamente tiene que asumir uno, no me parece que sea lo mejor”.

Por otra parte, Cabrera expresó que duda de que fuera el momento adecuado para cambiar a los tres directores políticos, “por la continuidad y por la valoración de lo que hace cada uno dentro del rol que le correspondía”. No obstante, dijo que a su entender esto no cambiará “el proyecto político” y saludó las “credenciales” que tiene Carámbula para asumir el cargo.

Visión de los trabajadores

Martín Pereira, presidente de la FFSP, organización a la que pertenece Cabrera, tiene otra opinión. “Saludamos la decisión de Vázquez de solicitar la renuncia de los tres directores políticos del directorio de ASSE. Era insostenible la situación, sobre todo después del hecho que cometió el vicepresidente Ardus”, afirmó en diálogo con la diaria. “Son errores compartidos en un directorio que define los temas por colegiado. Creo que hay una responsabilidad en todos los directores políticos, y también [con la contratación de Ardus] caía la mala gestión y la imagen de ASSE”, agregó.

Satisfecho con el cambio, Pereira espera que el nuevo directorio “sea más abierto al diálogo con los trabajadores” y que “encamine al mayor prestador de salud, que es ASSE”. La FFSP ha sido crítica con la gestión, principalmente por el gran volumen de las tercerizaciones en los costos del organismo, la falta de recursos humanos y el escaso diálogo con los trabajadores. Remarcó que el nuevo directorio “va a tener que trabajar rápidamente” de cara a la última Rendición de Cuentas.

El Sindicato Médico del Uruguay (SMU) repudió la contratación hecha por Ardus. El presidente del gremio, Gustavo Grecco, dijo a la diaria que la actitud de Ardus “está reñida con la ética y las buenas prácticas, y, en ese sentido, creemos que es razonable el desenlace de toda esta situación”. “Es razonable la medida adoptada por el presidente [Vázquez] respecto del directorio, en la medida en que todos están en el directorio y las contrataciones son aprobadas en el directorio”, agregó.

Con respecto a la influencia de la comisión investigadora en la decisión de Vázquez, opinó que en el cambio del directorio influye “una sumatoria de eventos”, y que si bien hay hechos que puedan estar “exacerbados por la visión política”, la Justicia terminará evaluando las posibles irregularidades y, de ser ciertas, tendrán un impacto mucho mayor que la contratación de Ardus.

El SMU también ha cuestionado fuertemente la gestión del hasta ahora directorio de ASSE, con el que no tuvo una relación fluida. Grecco recordó, además, que el sindicato solicita desde hace años una reforma estructural de ASSE que le permita una forma de contratación más ágil, pero que no sea por medio de la Comisión de Apoyo, que se presta para las incorporaciones directas y sin concurso. Añadió que Carámbula, quien fue secretario médico y presidente del SMU, le merece el mayor de los respetos.

Otras valoraciones

Martín Lema, diputado nacionalista integrante de la investigadora, saludó la decisión de Vázquez, aunque recordó que en octubre, luego de que él pidiera la renuncia del directorio, le había respondido que no tenía injerencia para eso. Aprovechó para señalar que este cambio no sea “un cambio de figuritas”, y que realmente exista un “cambio de gestión” y que corrija las irregularidades detectadas. Dijo que se comunicó con Carámbula y le manifestó “el deseo de éxitos”. Relacionó las renuncias con la comisión investigadora, porque ocurrieron “en el marco de una cantidad de irregularidades acreditadas en forma contundente”.

Una opinión similar tiene Eduardo Rubio, diputado de Unidad Popular y creador de la investigadora. Dijo que el cambio del directorio “llegó un poco tarde, pero era imprescindible”. Agregó que el caso de Ardus “se toma como excusa”, porque se trata de un hecho que, “aunque es grave, es menor en relación con la gestión de un directorio que ha avalado irregularidades como las que ocurrieron en [los hospitales] de Bella Unión y Rivera, y que, de alguna manera, ya estaba inhabilitado para seguir dirigiendo una institución como ASSE”. Remarcó que “la investigadora ha sido un elemento fundamental en este paso que ha dado el Poder Ejecutivo”.

En cambio, Gerardo Núñez, diputado del PCU, fue crítico con la decisión de Vázquez. Explicó a este medio que comparte el pedido de renuncia a Ardus porque cometió “una falta de ética importante”, pero que no comparte “la oportunidad del pedido de renuncia” a Muñiz. “Entiendo que se equiparan situaciones que son incomparables. Desde el punto de vista de la opinión pública, todo queda con un manto de dudas, de sospechas, también sobre la acción de la compañera [Muñiz], de la que creo que su labor fue otorgar transparencia, trabajar con muchísima honestidad en el directorio de ASSE”, agregó.

Para Núñez, “la inmensa mayoría de las irregularidades que investiga la comisión parlamentaria se remontan al período anterior a que Susana Muñiz fuera la presidenta”, y que el Partido Nacional busca mostrarla como responsable. El diputado agregó que incluso dentro de la izquierda “hay una fuerte disputa” respecto del modelo de salud. Afirmó que en la sociedad “hay quienes promueven un papel mucho más protagónico del sector privado, quienes promueven mucho más una mercantilización de la salud y quienes promovemos un papel rector del ámbito público y una desmercantilización de la salud. Esto choca y se enfrenta a la sociedad, y tiene sus reflejos, obviamente, en la interna del Frente Amplio”.