El feminismo es un río callejero, caudaloso, potente y renovado, leerá la Coordinadora de Feminismos en su proclama del 8 de marzo. Los arroyos que lo nutren son diversos pero confluirán el jueves en una concentración a las 18.00 en la plaza Libertad, y en una marcha hasta 18 de Julio y Arenal Grande, en reclamo de igualdad y contra el patriarcado y el capitalismo.
La consigna será la global “Si paramos las mujeres, paramos el mundo”, pero habrá dos proclamas que responden a enfoques distintos de una misma lucha. La semana pasada, la Intersocial feminista hizo públicas sus demandas, centradas en el rechazo a la violencia de género y en reclamo por presupuesto para aplicar la ley integral contra la violencia, entre otras.
Ayer, en conferencia de prensa, la Coordinadora de Feminismos hizo lo propio. En la proclama que se leerá mañana denunciarán “las injusticias, la impunidad, los abusos y cada feminicidio”, la violencia sistemática, la actuación de los poderes médico, político, judicial y religioso que “continúan limitando y violentando” la autonomía de las mujeres. Recordarán a las mujeres palestinas, a las kurdas, a las de todo Oriente y África, a las de Europa y Asia. A la adolescente palestina Ahed Tamimi, sometida a juicio en Israel. A la indígena hondureña Bertha Cáceres, asesinada. A todas las desaparecidas, las torturadas y las asesinadas por la violencia machista.
Reclamarán por que se visibilice el trabajo de cuidados que hacen las mujeres, que “significa el 23% del Producto Interno Bruto [PIB]”, sostuvo Anela Núñez, de la Coordinadora. “Las mujeres, además de realizar trabajos asalariados de producción y de salir a trabajar fuera de nuestra casa, también sostenemos la vida y hacemos muchísimas tareas vinculadas al cuidado (cocinar, limpiar), que consideramos un trabajo invisibilizado, no pago. Además, creemos que eso también está vinculado con que los salarios de las trabajadoras de los cuidados y de la educación sean bajos, porque el de las mujeres es un trabajo que no se valoriza”, afirmó Cecilia Menéndez, también de la Coordinadora. “Si paramos de hacer, las cosas no funcionan más, porque somos quienes sostenemos la vida profundamente”, agregó. Ivana Silvera aclara que no se trata de victimizarse sino de visibilizar cómo el sistema capitalista reafirma la división de roles “una y otra vez en la cotidianidad de nuestras vidas”.
El reclamo es también por eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres, que es de 30% en el sector privado y de 20% en el sector público. Pero también por visibilizar que la mayoría de las mujeres son jefas de hogar y, por lo tanto, “todas las cuestiones económicas pesan y recaen más sobre sus hombros”.
El paro es contra la violencia psicológica y física, que tiene su manifestación más extrema en los feminicidios, que ya son seis desde que empezó el año. La Coordinadora convoca a las mujeres a parar 24 horas, y si no pueden hacerlo, a marcar de la forma que puedan que “ese día es el 8 de marzo y que ese día nosotras vamos a ocupar nuestros lugares de distinta manera: llevando algo violeta, teniendo un espacio para encontrarse entre mujeres”, señaló Pamela Hernández, de la Coordinadora. Y dejar los cuidados por un día. “Que lo hagan otras personas, los varones, para ver cómo somos nosotras las que sostenemos la vida y la reproducción, para visibilizar eso que cotidianamente es invisibilizado”, dijo Hernández.
No habrá proclama conjunta entre la Intersocial y la Coordinadora porque hay enfoques distintos dentro de los feminismos. La Coordinadora entiende que no es central el reclamo por leyes que otorguen derechos, por más que estas son necesarias. “Desde la Coordinadora buscamos un cambio profundo, no superficial, no simplemente en leyes; queremos ir más allá”, explicó Menéndez. “No pedimos leyes, porque más allá de que a veces pueden asegurar ciertas condiciones de vida, algo que es real, también entendemos que el Estado falla sistemáticamente en esas leyes. La última ley de femicidio es punitiva y no resuelve el problema. El Estado es en sí mismo el patriarcado”, agregó.
Además, en la Coordinadora entienden que “no hay que pedirle permiso” al PIT-CNT para parar. “Creo que justamente ahí hay un gran punto que hace a la diferencia con la Intersocial: nosotras no pedimos permiso a quienes han llevado adelante en la historia sindical de este país los acuerdos y las negociaciones con el gobierno. Nosotras no pedimos permiso a esa entelequia, a esa figura que reafirma un sistema patriarcal, nosotras no tenemos que pedir permiso para parar. En algún momento de la historia, ese gran salto hay que darlo, y nosotras entendimos desde el año pasado que era el momento de hacerlo”, explicó Silvera.
La Coordinadora leerá en forma colectiva la proclama, y con eso entiende que está rompiendo con “algunas estructuras que también son patriarcales”. “Cuando leemos la proclama no necesitamos que una líder o que algunas mujeres que circulan por el mundo de lo social nos representen. Nosotras leemos la proclama colectivamente. No nos pensamos desde el lugar de ‘nosotras vamos a cambiar la vida de otras mujeres’. Nosotras nos transformamos con otras”, explicó Silvera. Menéndez acotó que esa es una forma de hacer política “en femenino”.