En la sede de la calle Juan Carlos Gómez no hubo mucho tiempo para festejar la última encuesta de Equipos Consultores, que le adjudicó al Partido Nacional (PN) una intención de voto de un punto más que la del Frente Amplio (FA). Fueron dos los mazazos que los blancos debieron sortear ayer de mañana.

Primero, tanto nacionalistas como colorados se desayunaron con que los ex directores del Banco República (BROU) durante la presidencia de Jorge Batlle, Pablo García Pintos, Carlos Rodríguez Labruna (ambos del PN), Daniel Cairo y Milka Barbato (del Partido Colorado) habían gastado más de 21.000 dólares utilizando las tarjetas corporativas de la empresa, de acuerdo con la respuesta a un pedido de informes realizado por legisladores del FA, que divulgó Búsqueda. La noticia llegó cuatro días después de que el fiscal Luis Pacheco pidiera el procesamiento del ex vicepresidente Raúl Sendic, entre otras cosas por el delito de peculado, debido a su uso irregular de las tarjetas corporativas de ANCAP. Luego los blancos tuvieron un sinsabor adicional al escuchar cómo uno de esos ex directores, Pablo García Pintos (quien fue secretario de Presidencia durante el mandato de Luis Alberto Lacalle), admitió que empleaba su tarjeta para retirar dinero y hacer aportes al PN. “Usaba el derecho a mi tarjeta para contribuir a las arcas del partido”, argumentó el ex jerarca en una sorprendente entrevista con Radio Sarandí.

Estas declaraciones generaron la reacción de los principales dirigentes nacionalistas. Luis Lacalle Pou, senador y líder de Todos, escribió en Twitter: “Clara y serenamente, debemos ser firmes con las conductas desviadas sean de donde sean. No podemos ser duros con los otros si no actuamos en consecuencia con los nuestros”. Lo mismo hizo el líder de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga, quien dijo a Radio Carve que era necesario cumplir con “todas las etapas” de una investigación, “para que si hay responsabilidades, se diriman”. El senador calificó la situación de una “vergüenza”, y la misma palabra utilizó el diputado nacionalista Pablo Iturralde, en declaraciones a la diaria. De mañana, Iturralde pidió que el directorio blanco sesionara y pasara el caso a la Comisión de Ética partidaria. Ese pedido se ganó el elogio del presidente del FA, Javier Miranda: “Estos gestos deben ser valorados, importante tu declaración @IturraldeVPablo. Los partidos políticos tienen que ser garantía de la conducción ética de la política”, escribió en Twitter.

Por acá no

El secretario general del Partido Colorado, Adrián Peña, dijo que envió los casos de Cairo y Barbato a la Comisión de Ética de esa colectividad política, aunque precisó que ninguno de los dos está actualmente vinculado con ella: Barbato abandonó la actividad política y Cairo milita actualmente en el Partido de la Gente. “La comisión verá hasta qué punto puede avanzar”, expresó.

En tanto, el presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, Luis Alberto Heber, aseguró a Radio Montecarlo que inició una investigación administrativa y citó de urgencia a la Comisión de Hacienda del partido (receptora de los aportes), a la vez que sostuvo que el directorio pasaría el tema a la Comisión de Ética. “El uso de la tarjeta y sus manifestaciones como justificación son una barbaridad. Nosotros vamos a ser tan duros con García Pintos como fuimos con Sendic y el senador [Leonardo] De León”, aseguró. Además, dijo que el PN no habría “admitido nunca” que se lo financiara con el dinero asignado a tarjetas corporativas. “Por eso habrá una comisión investigadora. Lo que yo sé es que se pagaba en efectivo la cuota de contribución al partido de ese director. Pero vamos a averiguar y hacer la investigación administrativa”, sostuvo. Heber incluso dijo que, si se comprueban esos aportes, el PN va a “devolver la plata, porque es plata indebida”.

Algunas horas después, el directorio emitió una declaración rechazando las declaraciones de García Pintos, y admitiendo que “desconoce el origen de los aportes por él realizados en su condición de director del BROU, a los que estaba obligado por la Carta Orgánica del Partido”. No obstante, aclaró que de una “investigación sumaria” realizada por el propio directorio “no surgen aportes extraordinarios del ex funcionario, resultando de la documentación de la Comisión de Hacienda solamente los correspondientes a la contribución regular antes mencionada”. Además, el directorio le solicitó un dictamen con carácter de urgente a la Comisión de Ética.

Como era de esperarse, el tema también llegó al sistema judicial. El fiscal general de la Nación, Jorge Díaz, anunció mediante Twitter que remitió al fiscal de Delitos Económicos y Complejos el audio con la entrevista a García Pintos. Pero el ex director podría declarar al respecto no sólo en el Poder Judicial, sino también en el Legislativo: el diputado frenteamplista Alejandro Sánchez dijo en una rueda de prensa que posiblemente se convoque a García Pintos y a los otros directores del BROU de aquel momento a la comisión de la Cámara de Representantes que estudia el financiamiento de los partidos. Entre otras cosas, Sánchez pidió trabajar para recuperar la legitimidad de los partidos y aprobar el proyecto de ley sobre su financiación, que ya fue votado en el Senado y pasó a Diputados. También el senador Marcos Otheguy pidió aprobar ese proyecto, y dijo que preocupa que “estas cosas pasen sin mecanismos de control”. Según explicó a la diaria, en la cámara alta está progresando la idea de crear una comisión especial para tratar todos los proyectos que tienen que ver con la transparencia del sistema político, salvo el de regulación de su financiamiento, que ya se aprobó.

Sincericidio

Según la nota de Búsqueda publicada ayer, el que más gastó con la tarjeta corporativa del BROU fue García Pintos, con 12.029 dólares; luego está Rodríguez Labruna, con 6.259; en tercer lugar Cairo, con 1.997, y por último Barbato con 785, aunque eso incluye una “cuantiosa compra” en Bazar Diez. La respuesta del BROU al pedido de informes de los frenteamplistas destaca que en ese período hubo un “uso y abuso de las tarjetas corporativas” hasta 2005, cuando se reglamentó su empleo. En entrevista con Radio Carve, Rodríguez Labruna dijo que usó ese instrumento con un criterio de “razonabilidad” y que la mayoría de sus compras respondieron a “gastos institucionales”. “Teníamos reciprocidad con regalos que recibíamos y compromisos con la institución que estamos representando. El banco tiene sus códigos de relacionamiento, como los tienen los bancos privados”, justificó Rodríguez Labruna, y agregó que incluso hizo regalos para casamientos con la tarjeta, ya que “eran casamientos de personas vinculadas a la actividad” del BROU. García Pintos también dijo que recibía invitaciones a casamientos porque “por razones de cargo te invitaba todo el mundo”. Respecto de los aportes al partido, explicó: “Era dinero que yo tenía derecho a sacar. Era un sistema que estaba aceptado por el resto del directorio. Usaba mi derecho a la tarjeta para contribuir a las arcas del partido”.

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