La publicación Convergencia en la diversidad. Diálogo entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, presentada la semana pasada y coordinada por la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) y la secretaría general iberoamericana, reúne las visiones de los cancilleres de ambos bloques sobre la integración regional. En el documento queda de manifiesto la sintonía actual de los cancilleres de todos los países del Mercosur respecto de la importancia de acercarse a la Alianza del Pacífico y al valor asignado al libre comercio.
Por ejemplo, el canciller brasileño Aloysio Nunes califica a la aproximación entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico como “uno de los vectores más prometedores de la agenda económica de América Latina”. “El gobierno brasileño considera que la aproximación entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico inaugura una nueva era en el proceso de integración regional, marcada por el pragmatismo y la búsqueda de resultados concretos”, señala Nunes.
Por su parte, el canciller argentino Jorge Faurie destaca que el diálogo entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico “ha adquirido una renovada dimensión gracias al impulso político que le han dado en especial los propios presidentes, comprometidos a promover la convergencia entre ambos espacios de integración”.
El artículo escrito por el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, se titula “Mercosur-Alianza del Pacífico. Convergencia y pragmatismo”. Allí, Nin caracteriza a la Alianza del Pacífico como “un ejemplo de pragmatismo”. “Otro rasgo distintivo de la Alianza del Pacífico tiene relación con su presentación al mundo como una plataforma con clara vocación aperturista comercial y creciente orientación hacia los grandes mercados emergentes del Sudeste Asiático, y en términos más genéricos, a la región de Asia-Pacífico. Podría afirmarse, incluso, que los países que conforman la Alianza del Pacífico parecerían haber leído de forma rápida los cambios estructurales que se dieron en la economía, el comercio y la geopolítica mundial en los últimos años”, destaca el canciller uruguayo.
Sobre el Mercosur, en tanto, sostiene que tuvo una trayectoria con “altibajos importantes”, que “no ha estado exenta de críticas y escepticismo”. “Si lo comparamos con la Alianza del Pacífico en sus características principales, podemos concluir fácilmente que los ‘países del Atlántico’ priorizaron, a diferencia de la Alianza del Pacífico, la conformación de un esquema de integración rígido, en la figura de un mercado único –objetivo que se tornó demasiado ambicioso–, y con mayores énfasis en la consolidación de agendas ‘internas’ de integración productiva y generación de cadenas regionales de valor (por encima de los esfuerzos otorgados a la dinamización de la agenda externa), así como en la consolidación de espacios de integración integral, con inclusión de temas políticos y sociales de diversa índole”, describe Nin.
El canciller uruguayo afirma que la visión de política exterior de su gobierno apunta a pensar “un esquema de convergencia factible y sustantivo” entre ambos bloques de integración. Señala que las oportunidades que genera China, con su crecimiento poblacional y su peso como inversor en América Latina, requiere que Uruguay adopte un enfoque “proactivo, propositivo y pragmático” en su política exterior, “a fin de maximizar las ganancias derivadas del empuje económico de esta región”. “En este campo, debemos reconocer que los países de la Alianza del Pacífico han vislumbrado este escenario desde muy temprano y tienen, en la actualidad, vínculos muy consolidados con Asia-Pacífico”, destaca.
Nin explica que Uruguay busca “acercarse de forma pragmática a la Alianza del Pacífico, sin condicionar –en lo más mínimo– su membresía al Mercosur”, mediante acuerdos sobre reglas de origen y encadenamientos productivos.
El canciller uruguayo destaca que en los últimos tiempos, a raíz de los cambios de gobierno en Argentina y Brasil, “se percibe un renovado interés” del Mercosur en la Alianza del Pacífico. Recuerda que en 2017 se definieron cinco áreas de trabajo conjunto entre los dos bloques: facilitación del comercio, cooperación aduanera, promoción comercial, apoyo a las pequeñas y medianas empresas, e identificación de cadenas regionales de valor. “Será fundamental impulsar al más alto nivel político, desde ambos bloques, este acercamiento conjunto, para lo cual es vital que el Mercosur y la Alianza del Pacífico se identifiquen como prioridades mutuas de primer orden. En el incierto contexto global, en el cual se observan –en este último año– reacciones que procuran frenar la globalización –en todas sus vertientes: comercio, migraciones e intercambios de información–, el mecanismo de diálogo entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, y los pasos para su profundización, deben tomarse como señales inequívocas a favor del libre comercio y la integración comercial. En esta tarea pueden contar con Uruguay”, concluye Nin.