La empresa finlandesa UPM informará a la prensa sobre todas las fases de las negociaciones con el gobierno. La primera instancia fue ayer, con algunos periodistas de prensa escrita y radial, en el edificio de la consultora CPA Ferrere.
En base a un estudio realizado por esta consultora y presentado por el economista Alfonso Capurro, las autoridades de UPM en Uruguay remarcaron la importancia de mejorar la infraestructura del país para garantizar la competitividad. “El ferrocarril no va a cambiar la realidad de la competitividad de un día para el otro, pero sí va a cambiar la función de los costos”, afirmó Capurro. La estimación que realizó CPA arroja que trasladar la producción desde Rivera hasta el puerto de Montevideo en tren cuesta hasta 33 dólares por tonelada menos que trasladarla en camiones. Para graficarlo, Capurro aseguró que transportar la producción en tren tendría el mismo efecto que si el puerto de Montevideo se trasladara 200 kilómetros hacia el centro del país.
El vicepresidente del proyecto Uruguay de UPM, Javier Solari, hizo hincapié en la necesidad estratégica de UPM de sacar la producción por el puerto de Montevideo y no por Nueva Palmira como una forma de lograr “independencia logística” frente al principal competidor actual de Uruguay hoy, que es Brasil. La producción de la planta de Fray Bentos se saca por el puerto de Nueva Palmira, pero dada la insuficiente profundidad, los barcos pueden cargarse allí sólo a la mitad de su capacidad, por lo que terminan de llenarse en Brasil. Salir por el puerto de Montevideo le permitiría a UPM cargar al máximo los barcos y no tener que recalar en puertos brasileños.
Por lo tanto, la concreción del proyecto del ferrocarril central es para UPM un punto “crítico” para su decisión de invertir en Uruguay. La compañía finlandesa valora positivamente los antecedentes de las empresas que se mostraron interesadas en la construcción y estima que eso “va a dar garantías de que pueda ejecutarse más rápidamente la obra”, consideró Solari.
En la actividad con los periodistas, las autoridades de UPM buscaron rebatir algunas objeciones a la inversión y al contrato firmado con el gobierno. Solari remarcó que toda la cadena forestal paga 300 dólares por hectárea de impuestos y tributos sociales, mientras que la cadena cárnica paga 40 dólares. Defendió también el precio fijado para la compra de la energía que generará la segunda pastera de UPM, y aseguró que hoy se pagan precios mucho más elevados en el mercado.
En materia ambiental, Solari apuntó que el río Negro actualmente recibe 5.000 kilos de fósforo por día,y que UPM vertirá 100 kilos diarios. Por lo tanto, consideró que el mayor esfuerzo debería ponerse en controlar los vertidos industriales y el impacto de la actividad agropecuaria en el río.
En materia laboral Solari negó que se esté buscando una “cláusula de paz sindical”. De todos modos, afirmó que la empresa aspira a lograr un acuerdo que establezca “reglas más claras en cuanto al manejo de conflictos”. Esto significa, explicó, un manejo de conflictos que suponga que los trabajadores no puedan adoptar la ocupación o la paralización como primera medida sin haber atravesado por instancias previas de diálogo, más allá de que no está previsto prohibir la ocupación ni los piquetes. Solari aclaró que para esto no es suficiente con un convenio colectivo y que el acuerdo debería abarcar a todos los sectores de la cadena forestal. “Algo que se haga específicamente para UPM no lo veo práctico”, señaló. Aseguró, de todos modos, que la empresa es optimista en cuanto a lograr un acuerdo con los sindicatos y con el gobierno en este punto.