“Intensa, extensa y muy productiva”. Así describió Felipe Michelini, coordinador del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ), la reunión que los miembros de esa institución mantuvieron con el presidente Tabaré Vázquez la semana pasada. Este no fue un encuentro más, ya que se produjo luego de que la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos se retirara del GTVJ, el 1º de marzo, cuando publicó un extenso comunicado en que si bien resaltó la “voluntad manifiesta” del GTVJ para “superar las dificultades” del diseño institucional, criticó que “el trabajo se desarrolló con una gran lentitud, determinada por la misma heterogeneidad de su conformación”, lo que se suma a la “inmensa cantidad de temas” que les encomendó el decreto de su creación (131/015) “y la maquinaria burocrática del Estado, siempre lenta para ejecutar incluso las resoluciones tomadas”.
No obstante, Michelini dijo a la diaria que la reunión con Vázquez no tuvo como cometido analizar el comunicado de Familiares ni los puntos allí planteados, sino presentar el “balance de gestión” de los tres años del GTVJ. Agregó que la última reunión con el presidente había sido hace un año, ya que la irrupción de los temas de la agenda pública, como la Rendición de Cuentas, el tema de los “cincuentones” y los reclamos del agro, fue aplazando la reunión. De todos modos, Michelini señaló que la renuncia de Familiares se analizó en el encuentro y que, “obviamente, es un hecho que no pasó desapercibido” para Vázquez. Agregó que el presidente expresó la voluntad de “tomar un camino de diálogo con las organizaciones sociales y particularmente con Familiares”, lo que para Michelini señala que “esta desavenencia puntual no significa un cierre de diálogo, sino retomar el camino del diálogo para seguir desarrollando el tema”.
El comunicado de Familiares señalaba que uno de los logros más importantes del GTVJ fue la “orden presidencial de acceso a los archivos en dependencias militares”, pero consignaba que “el material al que se tuvo acceso demostró la relatividad de los archivos estudiados”, ya que “toda la documentación” a la que se accedió estaba “desorganizada, y son evidentes los faltantes”. “Por lo tanto, ese inmenso y persistente trabajo de pedir y esperar no se ha visto plasmado en información real y de calidad, en el acceso a fuentes reales de inteligencia militar, lo que terminó por no aportar datos relevantes en la búsqueda de nuestros desaparecidos. Esto reafirma una vez más lo lejos que estamos de romper las barreras levantadas por la institución militar, la cual colabora abiertamente con la impunidad retardando los avances democráticos”, agregaba el comunicado.
En tanto, Michelini señaló que el acceso a los archivos era un problema cuando empezó el actual gobierno, en 2015, pero ya no lo es. “Hoy es un problema logístico y material, pero no de falta de acceso. La salida de Familiares se desencadena por otras aspectos y tiene la particularidad de que estaban de los dos lados del mostrador [hasta su renuncia, Ignacio Errandonea era miembro del GTVJ en representación de Familiares], pero nosotros hemos mantenido un diálogo fluido con Familiares, y lo vamos a seguir manteniendo, más aun ahora, con la directiva presidencial explícita”, indicó Michelini.
El jerarca resumió que la conclusión de la reunión con Vázquez es que van a “seguir trabajando por el esclarecimiento” de los crímenes de lesa humanidad, “con el compromiso ético, político y jurídico que tiene el Estado uruguayo en relación con los hechos aberrantes del pasado reciente”. Michelini también consignó el compromiso de “colaborar al máximo” con la nueva Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, creada por la ley 19.550, y con “la sociedad civil”. “Creo que es una línea alentadora, porque se ratifica el compromiso del presidente, se ratifica la convicción de que el tema es trascendente, y que las desavenencias con Familiares no van a hacer mella para seguir dialogando y conversando en la búsqueda de los mejores marcos para seguir trabajando”, finalizó.