En las últimas semanas Brasil ha sido escenario de varios atentados contra militantes sociales y políticos. Los dos más sonados fueron el asesinato de la concejal y activista Marielle Franco y la balacera contra una caravana de apoyo a la candidatura de Lula da Silva. Un legislador de un partido evangelista y de derecha reconoció que vio “con buenos ojos” estos casos, ya que “como creyente, no puedo sino alegrarme porque estas personas se hayan ido o estén próximas a irse al cielo a disfrutar de la dicha eterna”. Se teme que el clima político pueda caldearse aun más a partir de hoy, cuando el Tribunal Supremo Federal (STF) estudie el recurso de hábeas corpus presentado por la defensa del ex presidente y favorito en las encuestas para las próximas elecciones, Lula da Silva, en el marco de una causa por corrupción. “Hoy es un día clave para el destino de la nación. El STF tiene sobre sus hombros nada más ni nada menos que la responsabilidad de decidir si Lula va a la cárcel o es derrocado mediante un golpe de Estado luego de que asuma la presidencia, y también termine en la cárcel”, aseguró un editorialista del periódico Zero Hora. Ayer, el jefe de la reserva del Ejército, Luiz Gonzaga Schroeder Lessa, aseguró que en caso de que Lula reciba un fallo favorable, las Fuerzas Armadas saldrán a “restaurar el orden”, por lo que llamó a los integrantes del STF “a ahorrarnos el esfuerzo de salir a las calles y hacer ellos el trabajo”.
Brasil define hoy si Lula va a prisión o es derrocado mediante un golpe de Estado
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