El gobierno anunció ayer que suspenderá la mayoría de las operaciones de Gas Sayago, la empresa creada para la construcción de una planta regasificadora en Puntas de Sayago. Uno de los argumentos esgrimidos para tomar la decisión fue que la economía de Argentina, país que inicialmente iba a comprar gas de la regasificadora, “sigue sin dar suficiente certeza”. “Mauricio Macri se juntó con Tabaré Vázquez y le dijo que le iba a comprar el gas, pero después no cumplió. Esto es una muestra del enorme respeto que tiene Macri por los uruguayos, a los que cagó al igual que hizo con sus propios compatriotas”, aseguró una fuente gubernamental. Tras el anuncio de ayer, varias organizaciones ecologistas felicitaron al gobierno uruguayo. Desde Greenpeace aseguraron que “cuando a las principales potencias mundiales parece importarles cada vez menos el calentamiento global, Uruguay renueva su compromiso con su probada incapacidad para explotar combustibles fósiles. La falta de resultados en la búsqueda de petróleo y el fracaso de la regasificadora son excelentes ejemplos”. Mientras tanto, desde la Organización de las Naciones Unidas destacaron, además de estos fracasos, “la desastrosa gestión de ANCAP, la empresa estatal de combustibles, que con sus pérdidas millonarias demostró que apostar a los combustibles fósiles, contrariamente a lo que indicaría el sentido común, no siempre garantiza buena rentabilidad en lo inmediato”.