Con los primeros fríos aparecen también los primeros resfriados. ¡A no desesperarse! Los remedios caseros pueden ser tanto o más efectivos que aquellos que se venden en las farmacias, y además tienen el plus del sabor de lo hecho en casa. Nuestras abuelas sabían mejor que nadie que mezclando con sabiduría miel, limón, melaza, melocotones y otros productos podían aliviar a sus hijos de los dolores de cabeza y garganta. Un detalle a tener en cuenta es que la elaboración de estos remedios es la única actividad que jamás deberíamos dejar en manos del servicio doméstico. Es que con el aluvión de inmigrantes cubanos que el gobierno está trayendo porque sabe que los uruguayos ya no creen en la izquierda y, por lo tanto, necesita votos de los extranjeros, el riesgo de que el conocimiento de nuestras abuelas se mezcle con la temible santería y nuestros niños terminen embadurnados con la sangre tibia de una gallina recién sacrificada es muy alto. Así que, ¡a cuidarse de los fríos y el sincretismo caribeño!