La Cámara de Diputados de Argentina aprobó por un escaso margen la despenalización del aborto, que ahora deberá ser ratificada en el Senado. La polarización que generó el debate puertas adentro del Congreso se replicó en las afueras, con marchas en contra y a favor de la iniciativa. En el primer caso el lema elegido fue “salvemos las dos vidas”. “Debemos proteger al niño no nacido porque él no puede decidir por sí mismo. Tiene que poder nacer, hacer su vida, tomar sus decisiones, y si de grande decide transformarse en chorro, algo bastante probable si nació en una villa, entonces sí podemos matarlo. Pero antes no: eso sería una atrocidad”, declaró una manifestante contraria a la despenalización. Un manifestante que estaba a favor de la iniciativa declaró, por su parte, que él también estaba a favor de proteger todas las vidas humanas, pero se inclinó por esa postura “porque entre las feministas hay muchas más mujeres, así que hay más chances de levantar algo”.

Desde la iglesia católica argentina definieron la aprobación de la ley como “un hecho trágico y lamentable”. Un obispo declaró que “la vida empieza en el momento de la concepción”. “Un feto ya es un ser humano, y esto no es un capricho: tiene alma y sentimientos, y de hecho ya puede ser manoseado por un sacerdote. En la iglesia ha habido muchos casos de niños no nacidos, de seis semanas, que se les insinuaron a los sacerdotes. Así que los católicos argentinos reafirmamos nuestra postura de que la vida empieza con la concepción”, sostuvo.