El escándalo por las conversaciones entre el ex presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Wilmar Valdez, y el empresario Walter Alcántara, grabadas por este último, tuvieron el fin de semana un nuevo giro. En declaraciones al periódico El País, Alcántara afirmó que Valdez le pidió una coima de 10% por la instalación de las luces en el estadio Luis Franzini. Un dirigente de la AUF opinó que “esto demuestra que Valdez claramente no estaba preparado para ser presidente. Tendría que haber pedido una coima de 15% o 20%. Evidentemente, es un hombre que no podría defender el dinero del fútbol uruguayo”. La crisis política del fútbol uruguayo generó un nuevo problema: la renovación del contrato del director técnico de la selección mayor, Óscar Tabárez. Es que ante la inminencia de dos partidos amistosos, el encargado de renovar el contrato sería el presidente interino de la AUF, Edgar Welker. El presidente de un club de primera división explicó que “en un principio Welker no quería tomar una decisión tan importante, porque era un presidente interino y estaba de paso. Pero después le explicamos que el que venga después de él, por más que sea electo por la asamblea de clubes, también va a estar de paso, porque es imposible que termine su mandato. Lo van a echar antes, tal como viene pasando desde hace años”. De hecho, en opinión de varios dirigentes, es probable que el período de presidencia de Welker, que podría terminar en un par de semanas, sea más largo que el de su sucesor.