Ayer se divulgó que la compañía Defense Distributed, radicada en Texas, Estados Unidos, comenzó a comercializar planos para construir armas en impresoras 3D. La masificación de esta técnica preocupa a algunas autoridades y expertos en seguridad, ya que permitiría a prácticamente cualquier persona tener su propia arma sin ningún tipo de control o registro. Desde la compañía aseguran: “Nuestro objetivo, por el contrario, no es sólo hacer que la gente se arme. También vamos a vender planos para construir escudos antibalas y, lógicamente, ataúdes”.

El presidente estadounidense Donald Trump consideró que la posibilidad de que cualquier ciudadano que tenga una impresora 3D pueda tener un arma tiene “aspectos muy positivos”. “Por fin se van a terminar esas imágenes de niños pasando por detectores de metales en las puertas de las escuelas. Gracias a la tecnología, esos cacharros ya no van a servir para nada”, escribió el mandatario en Twitter. En otro tuit aseguró: “También es el fin de esa estúpida costumbre de hacer que la gente tenga que pasar por un detector de metales en TODOS los aeropuertos, para evitar que uno o dos vuelos al año caigan en manos de algún psicópata”. Finalmente, Trump escribió en la red social: “Esto no es un peligro para la seguridad nacional, porque los criminales mexicanos y los terroristas árabes no tienen el coeficiente intelectual necesario para manejar una impresora 3D”.