Ni Eduardo Abulafia ni Arturo del Campo, los dos nombres que se manejaban con más fuerza para presidir la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), pasaron los exámenes de idoneidad que les realizó la semana pasada la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). En el caso de Abulafia, la inhabilitación se da por los problemas en sus finanzas personales que le generó la quiebra de su empresa luego de la crisis de 2002. “No entiendo nada, ¿es porque tienen miedo de que quiebre también al fútbol uruguayo? ¿A quién se le ocurre que alguien lo pueda hundir en lo económico más de lo que ya lo está?”, se quejó el dirigente. En el caso de Del Campo no se divulgaron los motivos de la decisión, aunque se sospecha que estaría motivada por la participación que tuvo en la difusión de los audios de las conversaciones entre Wilmar Valdez y Walter Alcántara. Una fuente de la AUF reconoció que “si yo fuera de la Conmebol tampoco le tendría confianza a alguien capaz de caer en una cama como esa. Lo agarra el FBI y lo convence de llevar un micrófono a una reunión a cambio de un chupetín”. Pero la delegación del organismo rector del fútbol sudamericano le realizó también un test de idoneidad a la AUF, en este caso para determinar si estaba capacitada para ser presidida por una persona. “El resultado fue categórico: el fútbol uruguayo no está en condiciones de ser presidido por ser humano alguno. Con todos los problemas que tiene, es claramente ingobernable”, aseguró una fuente de la Conmebol.