El caos descrito por dos artículos publicados en los periódicos The New York Times y Washington Post sobre la administración Trump causó preocupación en el ambiente político y entre la ciudadanía. Un legislador del Partido Demócrata reconoció: “Siempre consideré a Trump un psicópata, así que la idea de que un buen día se colgara del techo del despacho oval de la Casa Blanca me seducía. Pero con todas estas revelaciones me da miedo que su forma de suicidarse sea desatar una guerra nuclear. Ahora la verdad es que me inclino por un impeachment”. Pero la posibilidad de destituir al mandatario, ya sea por sus posibles delitos o su incapacidad para ejercer el cargo, no convence a todos. “Cuando George W Bush dejó la presidencia creíamos que la pesadilla había terminado, pero ocho años después teníamos a alguien cien veces peor en la Casa Blanca. Si nos deshacemos de Trump, ¿quién nos garantiza que no venga alguien aun peor?”, se preguntó otro legislador demócrata. En su opinión, sería mucho más efectivo “declarar de una buena vez al pueblo de los Estados Unidos como incapaz de desarrollar la función de elegir a un presidente”. “Lo más difícil sería determinar quién elegiría al presidente. No creo que el pueblo de este país acepte que lo haga alguna comisión extranjera, pero la posibilidad de un dictador no debería ser descartada. Es difícil que vaya a ser peor que Trump, y nos da la posibilidad de cambiarlo una vez por año en lugar de cada cuatro”.