El flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, nombró como presidente del banco estatal Caixa Federal al yerno de un empresario cuyo testimonio fue clave para encarcelar al ex presidente Inácio Lula Da Silva. Otro de los involucrados en el procesamiento, el juez Sérgio Moro, fue nombrado ministro de Justicia. Una fuente del gobierno brasileño reconoció que desde hace algunas semanas “hay una avalancha de personas que participaron de alguna u otra manera en el procesamiento de Lula que vienen a pedir algún puesto en recompensa. El oficial que condujo el vehículo que llevó a Lula a la cárcel, por ejemplo, está reclamando que se le dé la embajada en Estados Unidos. Es una locura, porque su aporte no fue tan grande, pero seguramente algún consulado en Asia le vamos a dar. La embajada en Washington está reservada para el oficial que le puso las esposas a Lula”. Si bien desde el entorno de Bolsonaro reconocen que la capacidad del gobierno para recompensar con cargos a todos los que contribuyeron a la caída del ex presidente es “limitada”, confían en que aún se puede “avanzar mucho en el tema”. Ayer, el mandatario anunció que 100 de las 138 empresas estatales serán “liquidadas o privatizadas”. La fuente consultada explicó que “las restantes 38 empresas van a ser regaladas a personas que colaboraron en librar a Brasil de la peste socialista, mediante una nueva modalidad jurídica que se llamará ‘delación ampliamente premiada’”.