La justicia aceptó ayer el pedido de prisión preventiva para Miguel Sofía, quien está acusado de integrar los escuadrones de la muerte que durante la década del 70 persiguieron, torturaron y asesinaron a militantes del Movimiento de Liberación Nacional. Sofía fue capturado el martes, portando una cédula de identidad de otra persona, un delito por el que también tendrá que responder ante la Justicia. El acusado, quien fue propietario de Emisora del Plata, declaró en el juzgado: “Yo no sabía que al utilizar la identidad de otra persona estaba cometiendo un delito. Lo que pasa es que, como estuve en el mundo de los medios de comunicación, estoy acostumbrado a recurrir a testaferros”. Sofía también se refirió a su experiencia como propietario de una radio. “En realidad no me iba tan mal. Vendí mi empresa porque es un ambiente complicado. Hay gente muy jodida ahí, me sentía incómodo”. El empresario reconoció que en el pasado hizo cosas de las que se arrepiente. “Los 70 eran un momento complicado, y creo que todos nos equivocamos. Hice cosas jodidas, sí, pero no llegué a tanto como los dueños de las radios y televisoras”. En otro pasaje del interrogatorio, explicó: “Cuando me siento mal con las cosas que hice enciendo la televisión y veo algún informativo uruguayo. Las cosas que se llegan a ver ahí hacen que me sienta menos malo”.

El abogado de Sofía, Aníbal Martínez Chaer, presentará un recurso de inconstitucionalidad, pero mientras tanto, estudia la posibilidad de solicitar la prisión domiciliaria. “Mi defendido estaba requerido por la Justicia desde hace casi nueve años. Tenía una orden de captura internacional y a pesar de eso, entraba y salía del país como si nada, y se paseaba por Punta del Este y Pocitos. Para la Justicia uruguaya, eso perfectamente podría servir como argumento para mandarlo a la casa o hasta dejarlo salir del país”.