(Hoy es 15 de noviembre. Faltan nueve días para la segunda vuelta).

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Después del debate del miércoles, y con apenas seis días de campaña por delante hasta que comience la veda, la contienda se descentraliza en una gran diversidad de acciones, que apuntan a fortalecer o revertir la ventaja de Luis Lacalle Pou sobre Daniel Martínez registrada por las encuestas.

Esto implica que los candidatos pasen casi a segundo plano, por motivos distintos. El del Partido Nacional no tiene ningún motivo para arriesgarse a perjudicar, a último momento, la línea de trabajo que le viene dando buenos resultados (salvo que, en forma inesperada, hubiera indicios de un vuelco en las intenciones de voto). En el Frente Amplio (FA), las esperanzas se centran ante todo en los esfuerzos de quienes aún buscan conquistar “voto a voto” en todo el país.

Con ese panorama, los hechos más relevantes para la campaña no son necesariamente los que involucran a figuras muy conocidas, como la visita a Uruguay del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien se reunió con Tabaré Vázquez y con Martínez. Era previsible que Fernández elogiara lo actuado por los gobiernos del FA, como lo ha hecho en los últimos meses, pero también era obvio que de ningún modo iba a hablar mal de lo que podría hacer un gobierno de Lacalle Pou.

Además, la incidencia de lo que dijo el visitante está, sin duda, acotada por sentimientos muy arraigados en gran parte de la sociedad uruguaya. En ellos se apoyó ayer Ernesto Talvi para plantear, como crítica, que el oficialismo está usando “tácticas peronistas”. Talvi aseveró, por otra parte, que nadie puede dudar de que el próximo presidente, sea quien fuere, “va a trabajar por el bienestar del país y los ciudadanos”, y que el proyecto de urgente consideración que presentaría Lacalle Pou si gana, aún no discutido con sus socios, de ningún modo va a causar inestabilidad o pérdida de salarios. Son, por supuesto, afirmaciones indemostrables, pero en el juego dialéctico de la campaña, hay espacio para sostener que el otro es malo porque dice que yo soy malo.

De todos modos, hay cosas que no se arreglan con retórica. Por ejemplo, que una persona haya publicado en Facebook: “Se necesitan voluntarios para el escuadrón de la muerte. A limpiar nuestro país”. Esa persona es Juan Cardoso, convencional de Cabildo Abierto (CA) y segundo candidato a diputado por Rocha en la lista de ese partido. La Fiscalía se ocupa del asunto, y aunque Guido Manini Ríos cuestiona el funcionamiento de ese organismo, es difícil que lo haga en este caso, ya que Cardoso admitió haber realizado la publicación. Dice Manini que “hubo una confusión respecto al tema”, pero no aclaró cuál fue.

Por último, un tribunal de apelaciones revocó el fallo en primera instancia que ordenó retirar del sitio de Presidencia de la República notas vinculadas con polémicas de la campaña electoral, y no publicar otras similares. Más allá de que esto incida o no en la campaña, puede afectar credibilidades institucionales, quizá más importantes que el resultado del 24 de noviembre.

Hasta el lunes.