Con la excepción del colorado Ernesto Talvi, los principales líderes de la oposición consideraron que la renuncia del ex presidente boliviano Evo Morales no fue consecuencia de un golpe de Estado, sino de sus propias acciones. A partir de esta conclusión, la valoración que hacen estos líderes sobre Morales cambió radicalmente. “Durante 14 años el marxista y populista Evo Morales atacó la institucionalidad democrática y republicana de todas las maneras posibles. Finalmente, se autoinfligió un golpe de Estado. O sea que al final este líder populista era bueno, no malo, porque antes era malo pero. al hacerse mal, terminó siendo bueno”, declaró el colorado Julio María Sanguinetti.

El nacionalista Sergio Abreu coincidió con Sanguinetti, aunque aclaró que “las cuestiones de política internacional son complejas y, sobre todo, muy cambiantes”. “Hoy por hoy, es claro que Evo Morales, al haberse alzado contra su propia dictadura, se transformó en un demócrata. Pero si su condición de demócrata hace que mejore su imagen, entonces estaríamos ante el caso de una persona de izquierda que está mejorando su imagen deliberadamente por medio de sus acciones, así que se transformaría nuevamente en autoritario”.

Abreu fue consultado por un periodista acerca de si esta postura no implica defender un gobierno ilegítimo. El nacionalista le respondió: “Andá a cagar”, al tiempo que lo hizo responsable del insulto, por haberlo provocado con su pregunta.