Los partidos políticos no escapan a la tradición de las celebraciones de fin de año, y es común que se hagan brindis, reuniones y, en el caso de Cabildo Abierto (CA), intercambio de regalos. “Salió lindísimo el amigo invisible, por suerte. Teníamos dudas porque es la primera vez que lo hacemos, pero todos participaron. Los regalos más populares fueron las banderas con esvásticas y los ejemplares de Mi lucha, de Adolf Hitler”, relató un dirigente de CA. Es que el anonimato del juego hizo que varios dirigentes pudieran regalar “las cosas que realmente les gustan”. “Los últimos seis meses fueron difíciles para los compañeros del partido, porque tuvieron que empezar a esconder muchos hábitos y a callarse muchas cosas, precisamente porque dejaron de ser personas anónimas. En ese sentido, esto de hacer el amigo invisible fue un hallazgo. De hecho, estamos considerando la posibilidad de utilizar esta modalidad para elaborar los proyectos de ley: que cada uno proponga lo que quiera en forma anónima, así después no tenemos problemas”, explicó la fuente consultada. Las revelaciones sobre el historial de los militantes y dirigentes de CA han sido un dolor de cabeza permanente para el partido. “El problema no es que algún compañero diga un disparate. El problema es que a raíz de eso empiezan a investigar y ahí puede aparecer cualquier cosa. No hay que olvidar que nosotros nos empezamos a comportar como vecinos comunes y corrientes hace apenas seis meses”, explicó el dirigente de CA.