El viernes se celebró la 15ª edición de Museos en la Noche, jornada anual organizada por el Sistema Nacional de Museos y la Dirección Nacional de Cultura (DNC) del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Miles de personas de diferentes edades en todo el país salieron a pasear por museos, edificios históricos, galerías expositivas y otros centros artísticos, científicos, sociales, educativos y culturales. Esta celebración anual brinda la posibilidad de recorrer sitios destacados en horarios no habituales, además de disfrutar de espectáculos artísticos. Para lograr una mayor concurrencia, año a año se brindan nuevos servicios para mejorar las experiencias de las personas. Además de los circuitos especiales de ómnibus con paradas en diferentes museos, en esta oportunidad se logró un acuerdo para que la Tecnicatura Universitaria en Interpretación en Lengua de Señas Uruguaya (LSU) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) de la Universidad de la República (Udelar) apoyara en la traducción simultánea español-LSU en las visitas guiadas de varios museos. Cabe remarcar que todas las actividades y las entradas a los museos son libres y gratuitas, tanto en museos públicos como privados.

Al momento de destacar los puntos favorables, no quería dejar de mencionar el reconocimiento “a los trabajadores y trabajadoras de los museos del país por su compromiso diario en la puesta en valor del patrimonio museológico” y el agradecimiento “a la ciudadanía por su apoyo a los museos de Uruguay y por hacer posible que Museos en la Noche sea una fiesta de la cultura, espacio de encuentro y alegría”. Ambos mensajes figuraban en la programación de este año y son un claro ejemplo del cambio de paradigma que están llevando adelante las autoridades y las/os trabajadoras/es de museos. Poco a poco, los museos y otros sitios patrimoniales comienzan a tomar trascendencia como espacios públicos que todas las personas tienen derecho a usufructuar con el objetivo de aprender y disfrutar de sus acervos.

¿Cómo disfrutamos de nuestros derechos?

Uruguay se caracteriza por ser un país de avanzada en relación con los derechos sociales y humanos. La gran mayoría de las personas está a favor de un sistema democrático que garantice los derechos a la educación y la cultura. Sin embargo, ¿somos conscientes de estar ejerciendo nuestros derechos? ¿Al visitar museos consideramos que tenemos derecho a disfrutar del patrimonio de nuestro país o aprovechamos la oportunidad que nos brindan estas instancias?

Todos los motivos para visitar museos son válidos, ninguno tiene más legitimidad que otro. Sin embargo, como profesional del patrimonio pienso en cómo es posible mejorar las condiciones de los museos y otras instituciones culturales si gran parte de la población los visita con poca frecuencia. Aquí surge una paradoja: un gran número de personas visitan los museos durante el Día del Patrimonio o en Museos en la Noche, pero la cifra de personas que los recorren durante el resto del año no es muy alta. Para cambiar esta situación, desde hace varios años se está trabajando para profesionalizar y mejorar las condiciones de los museos uruguayos. A su vez, se han llevado a cabo políticas para consolidar el campo de la museología como disciplina independiente en el país. Algunos ejemplos son la Ley de Museos y la creación del Sistema Nacional de Museos, así como algunas iniciativas en el ámbito académico, como la Tecnicatura Universitaria en Museología –FHCE/Udelar– y la Tecnicatura en Bienes Culturales que se dicta en Tacuarembó y en Paysandú. Sin embargo, aún queda un largo recorrido por transitar, ya que muchas mejoras o cambios requieren mayor presupuesto o más personal.

¿Cómo atraemos al público todo el año si los museos no tienen presupuesto para crear propuestas innovadoras o no cuentan con personal suficiente?

Actualmente muchos museos de Uruguay siguen presentando exposiciones obsoletas, ubicadas en salas frías, oscuras, con humedad. Un gran número de museos no puede actualizar sus exposiciones permanentes, no muchos tienen la posibilidad de hacer exposiciones temporales y muy pocos pueden planificar exposiciones itinerantes u otras actividades fuera de sus cuatro paredes. Por otra parte, muy pocos museos cuentan con departamento educativo o personal especializado en gestión cultural o patrimonial. Otro tema realmente complejo es la restauración y conservación de los acervos. En la mayoría de los casos, la buena voluntad y el esfuerzo de la/os trabajadoras/es de museos se choca contra un obstáculo externo que no puede ser sorteado. Entonces, ¿cómo atraemos al público todo el año si los museos no tienen presupuesto para crear propuestas innovadoras o no cuentan con personal suficiente?

Las autoridades y las/os profesionales de museos tenemos que trabajar a diario para generar conciencia en la ciudadanía. De lo contrario, el acceso al patrimonio seguirá asociado a un evento específico y no como un elemento de nuestra identidad y un derecho humano. Además del derecho a la educación, las personas tienen que contar con instituciones encargadas de conservar y difundir las memorias de diferentes grupos sociales, conformadas por vivencias personales y objetos simbólicos. Los museos deben trabajar en pro del derecho a la autoidentificación y a la identidad, reflejando la realidad de todas y todos los integrantes de un país. Sin embargo, esto se dificulta en los hechos. En pleno siglo XXI, los museos no pueden seguir excluyendo a las mujeres, las niñas, niños y adolescentes, los pueblos originarios, las personas trabajadoras, migrantes, mayores... Por otra parte, los museos ya existentes tienen que comenzar a modificar sus guiones expositivos para no discriminar. Varios museos de Uruguay han comenzado a trabajar en esta línea.

Derecho a imaginar y crear

Como museólogo enfocado en derechos humanos trabajo para lograr que la gente visite los museos y aprecie su valor estético/patrimonial/histórico mediante la generación de dudas y reflexiones sobre diferentes temas. El derecho a imaginar debe ser incentivado en las personas de todas las edades, porque imaginar ayuda a crear y a crecer. Como dice Perico Luis Pérez Aguirre, “educar no es introducir en la mente y el corazón de la persona (infantil o adulta) unos contenidos, conceptos, conocimientos... sino justamente al revés [...] e ducere quiere decir conducir hacia fuera, hacer aflorar, sacar a la luz”.1 Los museos tienen que convertirse en centros culturales que fomenten la educación, la cultura, que transmitan los derechos humanos mediante sus exposiciones pero también con acciones diarias, concretas, con las experiencias que brindan y mediante el diálogos con las y los usuarios que recorren las salas. Las y los trabajadores de museos tenemos que ser conscientes de nuestro rol para mejorar las condiciones humanas de las personas. De esta forma, lograremos transmitir nuestra importancia para la sociedad y, poco a poco, podremos evitar censuras y críticas hacia las tareas diarias realizadas con esfuerzo y dedicación.

Martín Varela Umpiérrez es museólogo y fotógrafo.


  1. Aguirre, L. “Si digo educar para los derechos humanos”. Dehuidela, Nº 15: 49-56.