El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, dijo ayer que Luis Lacalle Pou actúa con “mala fe” e “ignorancia” al plantear que el próximo gobierno va a recibir “una casa desordenada”. El presidente electo reconoció que varias de las actitudes del gobierno le causan “molestia y decepción”, aunque advirtió que “la venganza es un plato que se saborea mejor frío, y cuando yo les devuelva el poder, dentro de cinco años, les voy a hacer lo mismo que me hicieron a mí pero multiplicado por mil”.

Lacalle Pou aclaró que el regreso al poder del oficialismo que él prevé no se deberá a una mala gestión de su gobierno, sino más bien a que “el resto de los líderes de la coalición tiene cinco años para decepcionar a la gente, que cuanto más los conoce, menos los quiere”. “En el caso de Ernesto Talvi, si la campaña hubiera sido un par de meses más larga no lo votaban ni sus dirigentes. Edgardo Novick fue de los que largaron primero y prácticamente desapareció. Guido Manini Ríos es una bomba de tiempo que tarde o temprano va a estallar. El que más chances tiene de proyectarse para las próximas elecciones es Pablo Mieres, porque en los próximos dos o tres años la gente se va a olvidar por completo de él, así que va a poder relanzar su carrera política como si fuera un recién llegado. Pero eso tampoco va a hacer milagros”.

Aviso

El presidente electo volvió a reunirse ayer con el actual mandatario, Tabaré Vázquez. El tema de la venganza planeada por Lacalle Pou no se trató, y este simplemente se limitó a pedirle a Vázquez que si llega a ver un gatito atrapado entre las ramas de un árbol no lo rescate y lo deje en su lugar, de modo que cuando él asuma la presidencia pueda rescatarlo.