La mayoría vienen andando, desde puntos distantes del país, pero también de Entre Ríos, Argentina, y de Brasil, ya que más de 100 motos y alrededor de 70 autos históricos respondieron a la convocatoria del Club de Autos Clásicos de Rocha. La asociación fue creada por un grupo de amigos hace dos años, cuando ya llevaba cuatro ediciones organizando el Paseo de Clásicos en la Semana de Rocha, que se celebra en noviembre. “Surgió la posibilidad de juntarnos para difundir lo que nos gusta”, cuenta Silvana Gómez. “En el año vamos a encuentros, a Melo, a Bagé, a unos cuantos lugares. En el interior hay muchos autos, lo que pasa es que la gente muchas veces piensa que son cachilos y no se acerca a los eventos. Hay gente que los tiene para coleccionar y sabe el valor de su auto, pero hay otros que los usan para trabajar, que les fue quedando, y a veces no les parece importante. Siempre tratamos de acercar a esa gente, porque son autos que tiene 50 años y de repente todavía tienen el motor original. Eso también es importante, no sólo el que lo tiene divino, que es a base de dinero y no todo el mundo puede. Somos ocho personas, todos con autos clásicos, y un compañero, Álvaro Espinosa, que tiene muchas motos y objetos de colección, como radios”. Entre los integrantes del club hay quien es dueño de un solo auto “pero lo tiene hace 24 años y lo cuida” y quienes, como Gómez y su pareja, atesoran 20 vehículos, algunos que andan lo más campantes y otros que están en etapa de restauración. Como señala Gómez, el coleccionista deposita mucho afecto en esas máquinas: “Mi marido tuvo que vender algunos, y no sé cómo hace pero en otro momento de su vida los encuentra”, cuenta divertida. Por supuesto que no deja pasar la coincidencia y los vuelve a adquirir, como le pasó con el Bel Air, un fanatismo que lo acompaña desde la infancia. “Hay una historia particular con ese auto, porque lo vimos una vez en Rocha, le sacamos fotos, y como a los tres años lo volvimos a ver, preguntó y lo vendían. Es del 55, azul y gris. Después tenemos una camioneta Ford del 51, un Austin 12, que es del 46, un Toyota Celica, que hay pocos en Rocha, y algunas motonetas”.

Para la cita de este fin de semana la noción de auto histórico contempla “desde las cachilas hasta la década del 80; dentro del evento tenemos ese margen, porque no sólo son clásicos, también está el Fusca, que es muy popular. Hay autos que son únicos, que han marcado momentos”.

Cronograma

Como está pensado como un paseo en el que puedan participar las familias, no sólo los coleccionistas, aparte de reunir autos y motos habrá una exposición de radios antiguas, bicicletas, teléfonos y máquinas de escribir. Además se van a vender alimentos y habrá stands con plantas, combis con indumentaria y venta de repuestos, ya que todo coleccionista busca ideas para mejorar su rodado. “Algunas marcas son más difíciles que otras en el tema repuestos. Para los autos americanos, por ejemplo, hay que mandar traer cosas de Estados Unidos. Entonces, en los encuentros te tiran piques”, confirma Silvana Gómez.

En Casa Bahía, frente a la ANCAP de La Paloma (que por un lado da al centro y por el otro a la costa), van a montar una exposición de las primeras libretas de conducir expedidas en el departamento, en base a una investigación del historiador Néstor Sabatino. Y el predio del lugar, el Batallón de Infantería Mecanizado Nº 12, que cumple 100 años, aprovechará esta movida para exhibir vehículos militares.

Los radioaficionados son otros que se sumarán al encuentro, en el que no faltarán los espectáculos musicales –del reggae al blues– ni el book de fotos con modelos utilizando vestidos de fiesta.

El domingo van a hacer un recorrido desde La Paloma a La Pedrera, donde la visita llevará cerca de una hora, y abarcarán en total unos 15 kilómetros “a tren de paseo”, aclaran. “Lo que nos gusta es la confraternización, conocer gente con los mismos gustos, con las mismas pasiones, que a veces une a los estratos sociales; todos están en la misma. Aparte unimos las motos y los autos, que generalmente, en otros encuentros, no se da. Pensamos además que el que tiene un auto, casi siempre tiene una moto. En nuestro encuentro no hay autos tuneados ni quema de cubiertas, porque preservamos el espacio y queremos que pueda acudir la familia”, concluye Gómez.