El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien la semana pasada fue sometido a una operación en el intestino por las secuelas del atentado que sufrió durante la campaña electoral, tuvo una recaída y permanecerá internado durante varios días más en un hospital de San Pablo. A pesar de estar internado y en cuidados intermedios, el mandatario no entregó el mando y continúa en funciones. Fuentes del Poder Ejecutivo explicaron: “No es normal que un presidente sea internado para una operación y se mantenga en el cargo, pero hay que recordar que estamos ante una persona que en condiciones normales no está capacitado para ejercer la presidencia. El hecho de que esté convaleciente no cambia mucho la cosa”. Los médicos que atienden a Bolsonaro informaron que se encuentra en situación “estable” y recibirá un tratamiento con antibióticos para evitar posibles infecciones. De todas maneras, adelantaron que aún no han logrado extirparle a su hijo: “Por el momento Flavio Bolsonaro sigue siendo parte de la descendencia del presidente”. Flavio Bolsonaro está siendo investigado por posibles actos de corrupción, algo que se ha transformado en un dolor de cabeza para el mandatario. Uno de los cirujanos que participó en la operación relató que “extirpar a este joven y sus acusaciones por corrupción quizás esté por fuera de las posibilidades de la ciencia. Desafortunadamente, no hemos logrado explicárselo al presidente, así que insiste en que sigamos intentándolo”.