El viernes comenzaron las clases en las escuelas de todo el país, y según las autoridades del Consejo de Educación Primaria (CEP) la jornada transcurrió con “relativa normalidad”. La fecha elegida generó polémica entre los actores de la educación, debido a que muchos consideraban que no valía la pena empezar las clases un día antes del fin de semana largo de Carnaval. Un jerarca del CEP declaró: “No nos arrepentimos de haber elegido esta fecha, porque la concurrencia fue muy buena. Tal como habíamos previsto, la desesperación de los padres por sacarse de encima a sus hijos luego de más de dos meses de vacaciones pudo más que cualquier cálculo sobre si valía la pena o no mandarlos a clase”. El jerarca reconoció de todas maneras que hubo “cierto caos” en el primer día de clases, y citó, entre varios otros problemas, las versiones encontradas de las propias autoridades acerca de si las faltas el viernes se iban a poder justificar o no. Pero aclaró que “eso también formaba parte de nuestro plan maestro. Hay que tener en cuenta que los niños vienen de una rutina más o menos ordenada, y al entrar o volver a la educación pública se enfrentan a un caos gigantesco. Ese proceso no se puede hacer de un día para el otro, se necesita un período de adaptación. Y con esto de que no terminaron de entender bien si las clases empezaron el viernes o empiezan el miércoles, la inmensa mayoría de los escolares culminó con éxito su período de adaptación y está listo para un año caótico”.