La semana pasada comenzaron a cobrarse las bolsas de nailon en varios comercios, incluyendo grandes supermercados y estaciones de servicio. La medida generó críticas porque comenzó a implementarse dos meses antes del plazo legal, y además, las bolsas no son compostables, algo que exige la ley. “Es cierto, las bolsas no protegen el medioambiente, pero 90% de las cosas que vendemos tampoco sirven para lo que supuestamente deberían servir, así que acá no vale hacerse el distraído”, declaró un directivo del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay. Desde la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) cuestionaron a los comerciantes, aunque reconocieron que el uso de bolsas plásticas disminuyó sensiblemente. De todas maneras, alertaron que se podrían generar “nuevos inconvenientes”. “Teniendo en cuenta que en Uruguay somos medio pichis, existe el riesgo de que la gente empiece a cazar ballenas, delfines y tortugas marinas para sacarles las bolsas que tienen en el estómago y después venderlas”, declaró un funcionario de la Dinama. Un pescador que reconoció estar evaluando la posibilidad de incursionar en esta actividad expresó: “Yo nunca me dediqué a eso porque extraer aceite de los restos de los bichos y ese tipo de cosas que hacen los japoneses lleva mucho trabajo. Pero sacarles las bolsas es solamente abrirlos y lavarlas ahí mismo, en la playa. Siento que por fin los uruguayos les encontramos una utilidad a estos animales”.