El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arribó ayer a Reino Unido para una visita de tres días. Como ocurre generalmente con sus viajes, llegó precedido por una polémica, que en este caso se generó a raíz de sus declaraciones en Twitter sobre el alcalde de Londres, Sadiq Khan, de origen indio, a quien calificó de “un perdedor”. Las palabras de Trump despertaron críticas en el Partido Conservador. “Insultar a un político de piel oscura en Reino Unido es una intromisión inaceptable en los asuntos de nuestro país. Eso es algo que sólo nosotros tenemos derecho a hacer”, declaró un legislador conservador.

El mandatario estadounidense se reunió ayer con la reina Isabel II y, tras el encuentro, se mostró “muy satisfecho”, al tiempo que alabó el régimen monárquico. “Aquí cualquier idiota sin méritos puede terminar gobernando, y eso es la base de cualquier democracia”, declaró. “El hecho de que alguien, sólo por ser el hijo de una persona importante, llegue a ocupar un cargo importantísimo, es algo que en Estados Unidos deberíamos imitar. Porque yo soy hijo de un multimillonario y, aun así, tuve que trabajar mucho para llegar a la presidencia. Tendría que haber sido todo mucho más fácil”, dijo. El mandatario no descarta impulsar una ley que transforme su cargo en hereditario. “Mi hijo Donald Jr. es bastante inútil, y si no hereda la presidencia, no sé qué va a hacer de su vida. Es muy importante que el Congreso apruebe esta ley”, declaró el mandatario.