Peñarol y Nacional disputaron el sábado la final del Torneo Apertura de fútbol femenino, que terminó con triunfo para las mirasoles. Pero la repercusión del partido, el primer clásico que definió un torneo femenino, fue opacada por los incidentes que se produjeron a la salida, con disparos de armas de fuego y destrozos. “Estos líos fueron muy positivos, sin lugar a dudas, porque demostraron que el fútbol femenino puede estar a la misma altura que el masculino en todos los aspectos”, destacó un dirigente de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Pero algunas hinchas de los dos cuadros grandes consideran que la situación “no es tan buena como parece” y “hay muy poca cosa para celebrar”. “Sí, es cierto, hubo tiros, autos destrozados y muchas de las cosas que les ponen sabor a los clásicos. Pero prácticamente todos los incidentes estuvieron protagonizados por hombres. Las mujeres, nuevamente, hemos sido invisibilizadas”, declaró una integrante de la incipiente ala femenina de la barra brava de Nacional.

Esta visión es compartida por una de las fundadoras de la barra brava femenina de Peñarol. “El problema es que los dirigentes les dan entradas y dinero a los varones, pero a nosotras no nos dan nada, no nos apoyan, y eso es una injusticia. Porque claro, la gente nos ve y dice: ‘Las mujeres no saben llevar violencia al fútbol, no son pesadas, no son antisociales’, pero lo que no sabe es que los hombres con los que nos comparan tienen todo el apoyo. Para nosotras es todo más difícil”, señaló la fanática aurinegra.