Ni bien Ernesto Talvi anunció a Robert Silva como su compañero en la fórmula del Partido Colorado, varios dirigentes y constitucionalistas salieron a recordar que el ex consejero de la Administración Nacional de Educación Pública podría estar inhabilitado para ejercer el cargo, ya que para asumir como legislador debería haber renunciado con un año de antelación, cosa que no hizo. Los defensores de la legalidad de la candidatura de Silva afirman que el vicepresidente no es un legislador. “Más allá de la terminología que se utilice, en los hechos el vicepresidente no es un legislador, sino que es un adorno que se pone ahí porque todos los países tienen uno, así que nosotros también debemos tener uno”, declaró un dirigente colorado.

Para zanjar el tema, Talvi planea elevar una consulta a la Corte Electoral para saber si Silva puede o no ser candidato. Pero algunos ministros de la corporación declararon que esta no tiene potestades para pronunciarse sobre el tema. Si finalmente se confirma este extremo, Talvi recurrirá a la Corte Electoral de Nueva Zelanda. “Yo siempre dije que hay que transformar las crisis en oportunidades. Y aquí tenemos una oportunidad de que la candidatura de Robert Silva salga infinitamente más legitimada, porque el modelo electoral neozelandés es un verdadero ejemplo para un país como Uruguay”, declaró el precandidato. Fuentes cercanas a Talvi reconocieron que si las autoridades electorales del país oceánico no aceptan su teoría “va a abandonar la política y a recluirse en un monasterio en el Tíbet”.